DEMONOPHOBIA. ¡Prohibido jugar!

Demonophobia

He tenido bastantes dudas a la hora de elegir qué título analizar hoy. Tras descartar algunas opciones y dejar otras para más adelante, el dilema se me presentaba en forma de acuciante pregunta: ¿escribo un artículo sobre Demonophobia? ¿O sería algo inapropiado y arriesgado?

No en vano estamos hablando de un juego caracterizado por su alto contenido gore, esto es, plagado de sangre, crueldad y cuajado de escenas dantescas donde la protagonista, una inocente muchacha de 14 años sufre espantosas muertes a manos de horripilantes criaturas.

Evidentemente se trata de un programa destinado al público adulto. Las mentes impresionables, de moral sensible o aquellos que no encuentren interés alguno en un juego de este tipo, mejor que se mantengan lejos.

Si ya te ha picado el morbo, sigue leyendo… bajo tu propia responsabilidad.

Ay, que no me vea, que no me vea...

¿PERO DÓNDE ME HE METIDO?

Para que nadie se sienta raro, hemos de ser francos desde el principio: la razón de ser de este juego no es otra que ofrecer al espectador un festival de ejecuciones grotescas.

Demonophobia comienza cuando la joven Sakuri Kunikai, una chica aparentemente normal de nuestra época, es enviada a lo que podríamos llamar el infierno (o una dimensión demoníaca) al tratar de invocar a un ser del averno mediante un oscuro ritual.

Alguien debería haberle advertido a la pobre niña que es mejor no jugar con fuerzas del más allá que escapan a nuestra comprensión, porque la que se le viene encima cuando da con sus huesos en el inframundo no es precisamente algo así como un paseo por la campiña.

Pobrecilla, todo el día a gatas
Pobrecilla, todo el día a gatas

Así pues, nuestra tarea consistirá en guiar a Sakuri a través del infierno y lograr escapar de él, sorteando innumerables trampas, evitando monstruos, corriendo, gateando y buscando desesperadamente la llave que abre tal o cual puerta. Todo ello a lo largo de seis niveles, cada uno más horrendo que el anterior y con sus correspondientes jefes finales.

Y bueno, en fin… el que tengamos que salvarla puede ser para los más sádicos algo secundario en comparación con el valor principal del título: contemplar más y más escenas truculentas.

Con esto en mente, y conociendo lo malvadillos que podemos llegar a ser, en ocasiones no dudaremos en arrojar a la pobre Sakuri a una muerte segura sólo para ver con qué nos «deleita» el autor…

¿CÓMO DESCRIBIRLO…?

El manejo del juego es sencillo, aunque en ocasiones frustrante. Para empezar, la dificultad es bastante elevada, y moriremos un buen número de veces -algo que es de esperar, e incluso desear- antes de descubrir el camino correcto en el laberinto avernal que nos rodea.

Aunque, todo hay que decirlo, Sakuri no muere realmente cuando es empalada, desmembrada o aporreada; como ya está en el infierno, “sencillamente” tiene que volver a empezar desde el principio del nivel. Qué traumático, ¿no?

Sólo una pequeña muestra de lo que nos espera...
Sólo una pequeña muestra de lo que nos espera…

Los limitados recursos de que disponemos para sobrevivir son: caminar, correr y gatear. Poco más, salvo algún momento puntual en el que llegamos a empuñar un arma.

Si gateamos, lógicamente nos moveremos más despacio pero también evitaremos determinados bichos y trampas. Podremos correr sólo durante un corto espacio de tiempo antes de que Sakuri se canse y vuelva a caminar normalmente.

Dispersas por ahí encontraremos unas cápsulas rojas o azules que repondrán nuestra vitalidad, la cual se va agotando conforme sufrimos daño por parte de los monstruos, gases nocivos y otros peligros.

También encontraremos llaves, gemas y demás parafernalia que nos proporcionará acceso a nuevas áreas o harán las veces de pequeños puzzles del tipo “coloque la estrella en la ranura”.

Curiosamente, el programa carece completamente de música o efectos sonoros, lo cual, visto lo visto, quizá sea de agradecer; bastante tenemos con ver atrocidades para además tener que escucharlas…

LA NOCHE DE LOS TENTÁCULOS

Investigando un poco sobre Demonophobia en la red he descubierto varias cosas acerca de conceptos como guro o ryona, etiquetas que caracterizan obras de este estilo.

Para empezar, demonofobia significa fobia a los demonios (aunque esto era fácil de deducir, claro). Hay fobias de todo tipo: unos temen los espacios cerrados, otros las alturas, algunos los ascensores…

El guro, o ero-guro se refiere a la exhibición de sangre, desmembramientos, escatología, e incluso violaciones grotescas, comúnmente protagonizadas por tentáculos sádicos.

Lo sé, suena horrible, pero no olvidemos que todo ello resulta siempre ficticio, normalmente en forma de animación, cómic o ilustración.

¡Aaarrgghh!
¡Aaarrgghh!

Series tan conocidas como Urotsukidōji gozaron de gran éxito y, que yo sepa, nadie que la haya visto ha ido después corriendo a la pescadería a comprar un pulpo…

Respecto al llamado ryona, gira más o menos en torno a lo mismo, con la particularidad de que toda la violencia, sangre, torturas y abusos se dirigen a una figura femenina atractiva, desvalida y que suplica piedad y sufre lo indecible. La leche, igual sí hay que estar un poco enfermo para encontrarle el gusto a todo este mundillo…

CONCLUYENDO

Demonophobia es, lógicamente, un juego destinado a un público muy determinado, ese que disfruta con las películas gore y prefiere satisfacer su afán morbosillo con este tipo de material de ficción totalmente exagerado y estrambótico, en lugar de mirar como un imbécil vídeos de Youtube donde la gente se cae y se hace daño de verdad.

Todos tenemos nuestros gustos peculiares, y sinceramente me causa bastante más rechazo una persona que disfruta con la imagen real de un transeúnte dándose una toña de aúpa que la de un aficionado a los videojuegos sangrientos que sólo disfruta porque sabe que son ficción.

¡UUUUUF!
¡UUUUUF!

Como nota final, destacar que por el momento no he podido descubrir el nombre del autor. Y no me extraña, claro.

Lo que sí sé es que tras lanzar Demonophobia se puso manos a la obra a trabajar en su secuela: Xenophobia. De este juego se puede encontrar una versión beta muy primeriza… y poco más.

Si eres alguien adulto, maduro y responsable, puedes jugar -o no- a Demonophobia, pero recuerda que yo no te lo he recomendado…

¡Un saludo!

* Está en perfecto japonés, aunque no es necesario conocer el idioma para avanzar sin muchos problemas.

Fuentes:

http://es.wikipedia.org/wiki/Ero-guro

http://en.wikipedia.org/wiki/Ryona

http://es.wikipedia.org/wiki/Urotsukidoji

Una imagen de Xenophobia. Sí, más de lo mismo, claro...
Una imagen de Xenophobia. Sí, más de lo mismo, claro…

6 comentarios en «DEMONOPHOBIA. ¡Prohibido jugar!»

  1. Los de Amnistía Internacional (España) tendrían para hacer un informe sólo con este juego 🙂

    Ahora fuera de bromas, si la muerte es un objetivo deseable (algo que no pasa en ningún otro videojuego), es que el autor ha hecho algo bien.

  2. Bueno, hay por ahí un jueguecillo que se llama Karoshi donde el objetivo es morir lo más rápidamente posible, pero sin las connotaciones morboso-enfermas del juego que nos ocupa. Je je je.
    El autor lo ha hecho MUY bien. Realmente se ha recreado en ello. Hay cada escena que… buf.

    Jugad, jugad, y si no os véis capaces, buscad, buscad vídeos…

  3. Pues un juego tan rarito no me llama la atención, pero las dos últimas recomendaciones tuyas fueron muy buenas =D (y me encantaron justo por ser juegos distintos e innovadores), le daré su oportunidad.
    El juego que mencionas de «Karoshi», ¿tenía algo que ver con el suicidio en japón? Al menos algún comentario recuerdo sobre el juego.

  4. Pues gracias hombre. Intentaré recomendaros más cosas chulas.
    En concreto Demonophobia no es precisamente un título al que os invite a jugar (salvo que seas un tanto pervertidillo), pero me apetecía escribir un artículo sobre él.

    No vas desencaminado: Karoshi es como se conoce en japón a la muerte por estrés laboral o exceso de trabajo (infartos, derrames cerebrales, etc.)

Los comentarios están cerrados.