Las navidades están a la vuelta de la esquina, momentos que solemos compartir con nuestros seres queridos… “Seres queridos” es una bonita expresión a la que demasiadas veces no le damos la importancia y valor que le corresponde. En esta ocasión Daniel Jiménez -responsable de Videojuegos y Sociedad- nos sorprende con un artículo en formato de viñeta el cual, sinceramente, os recomiendo a todos (poned la música)… Y sí, reconozco que tras leerlo he acabado con una lagrimilla surcando mi “curtido rostro”.
Encontré esta historia cuando navegaba por Joystiq, y tengo que reconocer que me conmovió. Aconsejo leer la versión en inglés, que consiste en una secuencia de imágenes acompañada de música. Si no fuera posible, recomiendo a los lectores que abran de todas formas el enlace anterior para poder escuchar la música que acompaña a la historia mientras leen la traducción al español que he colocado aquí. De este modo, la lectura se aproximará más a la idea original de la autora.
Como todos los martes, nos disponemos a disfrutar con un artículo de Daniel Jiménez, webmaster de Videojuegos y Sociedad. El artículo escogido para hoy es una traducción de Chris Lavigne, en la cual se analiza el videojuego Metal Gear Solid 3: Snake Ester desde un punto de vista diferente del que estamos acostumbrados. Un artículo que como mínimo nos hará reflexionar sobre la guerra y los videojuegos:
Se suele acusar a los videojuegos de guerra de ofrecer una visión gloriosa de la misma. No aparecen los traumas que causan a los soldados, rara vez vemos a las víctimas civiles, etc. Al fin y al cabo, el contexto de la guerra suele ser una excusa para poner en marcha un videojuego, como ya expliqué en otra entrada. Sin embargo, en este aspecto también hay excepciones. Metal Gear Solid 3: Snake Eater presentó la vida del soldado como nunca antes se había visto.
Os dejo con mi traducción del análisis de Chris Lavigne, quien también publicó un genial artículo sobre Grand Theft Auto: San Andreas en el ya desaparecido Gamebrains.
A raíz del artículo publicado por mi compañero Daniel acerca del sexismo imperante en el mundo del videojuego, no he podido evitar reflexionar al respecto. La explotación del atractivo femenino como reclamo para atraer más audiencia o más compradores es algo que siempre ha estado presente en todas las formas de ocio, y pese a que es un asunto que para algunos puede resultar algo turbio y preocupante, resulta en cierta manera de lo más lógico si tenemos en cuenta quiénes somos y de dónde venimos.
Pero no voy a desbarrar demasiado sobre el tema. La cuestión es que a fuerza de reflexionar y de fijarme en la captura de pantalla que acompañaba el artículo de Daniel recordé que, en fin, sea o no sea un divertimento que apela a nuestra soterrada lujuria o una básica y sucia llamada de atención a nuestros bajos instintos, yo me lo pasé pipa jugando al Dead or Alive Xtreme Beach Volleyball en mi Xbox.
La tecnología avanza a pasos agigantados en todos los sentidos, si cada pocos años nuestros ordenadores y consolas pasan a convertirse en algo “del pasado” con las comunicaciones pasa exactamente igual, basta recordar cuando no hace tantos años jugábamos esas partidas al Starcraft con nuestros modems de 56 Kb….
En esta generación actual se ha conseguido por fin mejorar un aspecto en el que los ordenadores nos llevaban años de ventaja, el multiplayer online, llegando a formar parte de nuestras consolas como una característica indispensable. El multiplayer online, tan ansiado por todos durante muchos años, ya hace tiempo que esta totalmente establecido. Pero como muchas veces sucede hay que tener cuidado con lo que se desea, poco a poco vemos como el multiplayer de toda la vida deja de tener el apoyo que siempre le habían dado las compañías de videojuegos.
Veamos el gran fallo que se esta cometiendo por parte de muchas desarrolladoras y clamemos juntos al cielo por la obligada vuelta del 2 players de toda la vida…
El panorama en el mundo de los videojuegos ha cambiado mucho en los últimos años, a mediados de los 80′, en la mayoría de hogares la muchachada sufría largas esperas de carga para poder jugar a sus juegos favoritos en sus flamantes Spectrums, Amstrads o similares. El soporte usual por aquellos años era el magnético, dicho de otra forma, el cassette de toda la vida, donde se mezclaban el “Androide 1” en una cara y “Los Panchos” en la otra cara.
Las consolas todavía no se habían implantado con fuerza en España y afortunados eran los poseedores de una Atari 2600, Master System o NES. Como es normal, no solo los gráficos y sonido eran diferentes en esa época, si no todo lo relacionado con la industria de los videojuegos, incluyendo el hoy en día tan influyente marketing…
Volvamos al presente, en pleno 2009, con una industria de los videojuegos totalmente profesionalizada, una de las consolas de nueva generación se desmarca una vez más del resto creando verdaderos quebraderos de cabeza a publicistas y distribuidores, estamos hablando de la Wii y su particular «Regreso al Futuro» con el marketing de los videojuegos.
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