Phoenix Wright, una crítica al sistema judicial japonés

Phoenix Wright

A continuación les presento la traducción del artículo Phoenix Wright’s Objection!, escrito por Fintan Monaghan y publicado originalmente en The Escapist Magazine. Tras la traducción añadiré un artículo académico sobre el sistema judicial japonés que corrobora la gran mayoría de los datos ofrecidos por Monaghan.

Phoenix Wright’s Objection!

Fintan Monaghan

Fintan Monaghan ha residido tres años en Japón y actualmente trabaja en una organización no gubernamental para los derechos humanos. Sus publicaciones incluyen una gran variedad de temas relacionados con Japón.

Imagina un mundo donde los abogados defensores se enfrentaran a un reto imposible cada vez que entraran al tribunal. Un mundo donde los fiscales pasan los años sin perder un solo caso, los jueces son antipáticos y los acusados han confesado incluso antes de que el juicio comience. Phoenix Wright está familiarizado con estos desafíos, pero también lo está cualquier abogado que trabaje en el sistema judicial japonés.

Si has sido imputado con un crimen en Japón y llevado a juicio, las estadísticas muestran que hay un 99% de posibilidades de que seas condenado. Esta alarmante cifra revela un sistema altamente disfuncional en el que la serie Ace Attorney se inspira claramente; un sistema donde incluso una víctima de falsos alegatos encuentra imposible escapar de la condena. Phoenix Wright, el epónimo abogado de la popular serie de videojuegos de Capcom se enfrenta constantemente a este tipo de retos cuando defiende a clientes falsamente acusados. Aunque la fantástica naturaleza de esta serie y su marcado estilo anime nos muestran extravagantes juzgados y extraños escenarios, el concepto central del juego, en el que se nos muestra un sistema cuya balanza se inclina claramente en contra del acusado, es una parodia de la sociedad japonesa y sus tribunales.

 

La influencia de la cultura japonesa en el mundo de Ace Attorney es indiscutible. Aunque su localización ha incluido referencias a la cultura popular americana y los personajes afirman (vagamente) que los sucesos ocurren “aquí en este país”, en realidad el universo de Phoenix Wright es distintivamente japonés. Con la ayuda de dos médiums vestidas en hakama, Phoenix (“Nick” para sus amigos) extrae poderes especiales de los magatama, un símbolo tradicional japonés. La distintiva esencia japonesa puede respirarse en el ambiente. Los programas más vistos en televisión son Steel Samurai y Jammin’ Ninja; nuestros héroes pueden verse paseando alrededor de templos shinto/budistas y encuentran a un trastornado nacionalista japonés dando de comer a los pájaros en el parque local.  Por ello no es de extrañar que los juzgados sean un reflejo de sus contrapartidas japonesas. Los jurados son virtualmente desconocidos y los casos criminales graves son decididos por jueces profesionales basándose en la evidencia presentada por el abogado defensor y el fiscal.

¿Pero por qué la defensa criminal constituye un reto tan difícil en Japón? Takashi Takano, profesor en la Universidad de Waseda y uno de los abogados defensores más importantes de Japón, describió su trabajo como “uno de los más duros del mundo”. En 25 años de carrera, sólo cinco de sus clientes han sido absueltos. Sin embargo no es una mala cifra, ya que muchos abogados llegan a jubilarse sin ganar un solo caso. Los críticos hacia este sistema están lejos de ser unánimes en la causa, pero los videojuegos de Phoenix Wright consiguen señalar [los problemas de] las instituciones más controvertidas del sistema legal japonés, como la poderosa e indiferente clase fiscal, un cuerpo de policía que ha perdido la confianza del público y el peligro que conlleva convertir las confesiones en el elemento central del proceso judicial. La combinación de estos elementos hace que la absolución sea casi imposible y el que se produzcan graves injusticias casi inevitable.

El arrogante fiscal, favoreciendo las condenas sobre la justicia, es uno de los temas recurrentes de esta serie. En los juzgados de Phoenix Wright los adversarios distan mucho de ser personajes simpáticos. Petulantes y altaneros, los fiscales del juego irradian extrema arrogancia y nada les preocupa sino lograr sucesivas condenas y mantener un record de victorias perfecto (en ocasiones recurriendo a tácticas y acuerdos extra-judiciales si es necesario). Se les retrata como individuos poderosos y de alto estatus que nunca perderían la oportunidad de mostrar su superioridad a los [en comparación] insignificantes abogados defensores. Incluso Miles Edgeworth, el arrepentido fiscal, continúa ajustándose a este arquetipo. Pese a haber aceptado que la verdad es más importante que el número de condenas, Edgeworth continúa tan orgulloso y desdeñoso como siempre. Los fiscales de Ace Attorney, casi sin excepción, son retratados como egomaníacos sin escrúpulos.

Aunque la propensión de los fiscales a emplear recursos extra-judiciales [para conseguir sus fines] se ha exagerado un poco, la idea del fiscal como un individuo muy poderoso y con un alto estatus social tienes sus raíces en el antiguo sistema jurídico japonés. Tradicionalmente los fiscales eran parte de la judicatura y se les consideraba a un nivel similar, e incluso superior, al de los jueces. Por el contrario los abogados se encontraban en la parte más baja del sistema debido a su inferior nivel educativo y a su nula influencia en la burocracia. Aunque las reformas posteriores a la Segunda Guerra Mundial han equilibrado este escenario, los fiscales todavía retienen buena parte de su estatus e influencia. Los videojuegos reflejan esta idea no sólo en el retrato de los fiscales como arrogantes y poderosos, sino también en la forma en que otros personajes los perciben. Edgeworth viaja en primera clase y conduce coches de lujo, mientras que Nick rara vez dispone de un par de céntimos. Los fiscales son tratados con reverencia y admiración, mientras que Nick no recibe mucho respeto por parte de nadie, incluyendo sus dos ayudantes.

Los fiscales ejercen un gran poder sobre todos los aspectos del proceso criminal. Su presencia se extiende desde la escena del crimen hasta el juzgado. Como ocurre de forma distintiva en el sistema japonés, los fiscales a menudo supervisan las investigaciones. Aunque los oficiales técnicamente tienen la responsabilidad principal, en la práctica los fiscales con frecuencia se hacen cargo y dan órdenes a la policía. En Ace Attorney Investigations: Miles Edgeworth, podemos verlo claramente cuando el fiscal dirige una serie de investigaciones y manda sobre la policía local.

Una vez completada la investigación, el fiscal puede libremente decidir si un caso va a juicio o no. Al igual que en los videojuegos, un alto porcentaje de condenas son altamente valoradas como signo de prudencia y profesionalismo por parte de los fiscales. Dado lo involucrados que se encuentran en el proceso, cuando un fiscal decide aceptar un caso suele estar bastante seguro de cuál será el resultado. Aunque no son los malévolos villanos de los juzgados de Ace Attorney, el elevado estatus y excesivo poder de los fiscales en Japón han proporcionado una clara inspiración a las egomaníacas némesis de Phoenix Wright.

La imagen [pública] de la policía japonesa en la actualidad también se muestra claramente a lo largo de la serie, representada por el detective Dick Gumshoe. Gumshoe es un buen tipo con buenas intenciones, pero desafortunadamente también es un completo inútil. Muchos de los demás policías en la serie son también simpáticos e ineptos. Maggie Byrd mete la pata en todo lo que intenta y llega a encontrarse acusada de asesinato en hasta cuatro ocasiones, mientras el incompetente oficial Meekins hace que hasta Gumshoe parezca un profesional. En la última década la confianza del público japonés hacia la policía ha descendido por debajo del 50%, una cifra histórica que no sale bien parada si se compara con la de otros países industrializados. Desde finales de los años 90 el crimen en Japón ha aumentado un 150% y el público no considera que la policía esté a la altura para enfrentarse a las complejidades del crimen moderno. El poco agraciado retrato de la policía en el videojuego refleja el descontento del público sobre su efectividad.

Finalmente encontramos el predominio de las confesiones. ¿Alguna vez te has dado cuenta de cuántos clientes de Nick han confesado sus crímenes antes de que él aceptara el caso? Conocido como “el rey de la evidencia” en el sistema judicial japonés, las confesiones obtenidas en custodia por los fiscales y la policía constituyen la base de la mayoría de las condenas. Pocas reglas controlan lo que ocurre en los interrogatorios japoneses. Los sospechosos son retenidos por largos períodos de tiempo antes de ser imputados o llevados a juicio, y la ley les ofrece muy poca protección. Los críticos consideran que el sistema abre la puerta a los abusos, y que se extraen confesiones falsas mediante coacción. Aunque Ace Attorney evita tratar directamente el espinoso tema de las confesiones forzadas (los clientes de Nick normalmente tienen complicadas razones para haber hecho una confesión falsa), la serie refleja lo prevalentes que son en el sistema japonés y el peligro que su gran peso representa.

Todopoderosos fiscales, policías incompetentes y la dependencia en dudosas confesiones constituyen la receta que se nos presenta en el corazón de cada caso en Ace Attorney: una grave injusticia del sistema. Forum 90, un grupo japonés opuesto a la pena de muerte, condujo una encuesta a 900 ex-jueces. Más del 80% consideraba que bajo el actual sistema las injusticias eran inevitables. Tomemos como ejemplo el caso de Toshikazu Sugaya. Su perfil y grupo sanguíneo coincidían con el de un asesino de niños, pero la policía carecía de evidencia. “Me dieron un empujón y me dijeron que me sentara” nos cuenta Sugaya. “Entonces continuaron diciendo, “tú mataste a ese niño, ¿verdad?” Yo dije “no, no”, pero ellos no me creían”. Después de un interrogatorio de 13 horas sin comida, agua o un abogado, Sugaya confesó. Armado con esta confesión, el fiscal consiguió condenarlo y fue sentenciado a cadena perpetua. Tendrían que pasar 18 años, hasta la llegada de las modernas pruebas de ADN, para que la evidencia pudiera absolverlo. Al encontrarse con un injusto sistema que inflinge crueles castigos sobre indefensos inocentes, no parece coincidencia que alguien en Japón hubiera soñado con inventar a Phoenix Wright, el heroico abogado defensor. No importa lo difícil que sea, o cuán cierta sea la derrota, Nick nunca se rinde y permanece firme en la creencia de que su cliente es inocente.

Pese a ser tan crítico con el sistema judicial japonés, Ace Attorney nos da una razón para tener esperanza en el futuro. La historia de arrepentimiento de Miles Edgeworth nos muestra que los creadores consideran que el sistema tiene la capacidad de cambiar. Más significativa es aún la historia principal de Apollo Justice: Ace Attorney. Reflejando el largo debate de la reforma legal del sistema japonés, la trama nos presenta al propio Phoenix luchando por la misma para introducir un sistema de juicio por jurado. En 2009, Japón celebró su primer juicio por jurado desde 1942. Desde ese momento, el destino del imputado en casos criminales graves será decidido por 3 jueces profesionales y 6 miembros del jurado. Las decisiones se tomarán por mayoría mixta (debe incluir al menos el voto de un juez profesional y el voto de un miembro del jurado). Se espera que el jurado pueda aportar una nueva perspectiva y no se integre en el anterior sistema.

Los casos de Phoenix Wright siempre terminan siendo más complicados de lo que pueden parecer a simple vista, y lo mismo puede decirse de los propios juegos. Tras las escandalosas batallas en el jugado y sus alocados personajes se encierra una astuta crítica del sistema judicial japonés. De modo que la próxima vez que se frustre ante cierta derrota [en el juego] o se sienta que la corriente marcha en su contra, anímese. Se trata de un día normal en la vida de un abogado defensor japonés.

Aquí termina la traducción.

1 comentario en «Phoenix Wright, una crítica al sistema judicial japonés»

  1. jajaja no sabia eso sobre el sistema judicial japones, crei que era perfecto pero ya veo que tiene sus fallos como cualquier sistema judicial, el caso es que disfrute mucho este articulo y pobre Nick verdad que nadie lo respeta, sigue asi men te felicito.

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