Mi unión a los videojuegos de consola nace en 1992 al comprar mi Sega Megadrive en un pack que incluía el Italia ’90, el puzzle Columns, el magnífico arcade Super Hang On y el juego que nos ocupa hoy: la primera aparición oficial de la mascota de Sega en el universo jugable: Sonic The Hedgehog.
Pero para analizar este juego tenemos que irnos dos años atrás en la que un incipiente Sonic Team -hasta entonces el estudio de programación de Sega AM8- empezaba a diseñar al protagonista de los sueños dorados de todos los segueros de la época. Naoto Ohshima fue el diseñador del personaje pero el encargado del proyecto fue el enorme Yuji Naka. Sega necesitaba una mascota para su nueva consola de 16 bits y la imagen de Alex Kidd –mascota de la Master System- no daba el perfil para esta máquina. Tras muchos diseños fallidos se optó por un puercoespín azul que fuera más veloz que el viento, y que le diera una imagen dinámica y moderna a la compañía competencia de Nintendo.
Uno de los elementos que se buscó desde el primer momento fue crear un personaje que se moviera en un universo plataformero en 2-D como los juegos de Mario pero que fuera más sencillo de controlar que este: si Mario se controla con dos botones más la cruceta Sonic debía controlarse solo con uno. El botón dedicado en la mascota de Nintendo para correr dejaría de ser necesario al dotar al protagonista de una velocidad endiablada sin “ayudas”. Solo un botón para saltar/ atacar sería suficiente para jugar al juego. A eso se le añadió una profundidad a los escenarios a base de varios planos de scroll que unidos al colorido de los mismos hacían del juego un producto más atractivo que cualquier Mario y un alarde de técnica gráfica inédita en soportes domésticos de la época.
Pero no fue solo la imagen o la sencillez de la interfaz lo que hicieron a Sonic el videojuego perfecto. Una dificultad bien ponderada, un universo y personajes bien definidos, y un diseño de niveles perfecto en el que a pesar de la velocidad del juego cada salto estaba calculado al límite, hicieron de este juego una obra maestra. Esa velocidad sería multiplicada en las siguientes apariciones –ya con la Super Nintendo en la calle- para demostrar a la competencia que ninguna consola del momento podía desarrollar una acción tan vertiginosa en pantalla más que la Megadrive. Si Nintendo era clasicismo Sega era modernidad, si Nintendo tiraba de un personaje soso y poco dinámico Sega tenía en sus filas a un as de la velocidad que solo podía mover el procesador Motorola 68000 de la Megadrive y sus 7, 6 Mhz de velocidad de proceso –por los 3,58 Mhz de la consola de Nintendo-. La primera aparición de Sonic, por tanto, se convirtió en un éxito seguro. Sus seis mundos divididos a su vez en tres fases cada uno, daban suficiente diversión para mucho rato. Al final de cada tercera fase de cada mundo tenías un duelo con el sempiterno rival Dr. Robotnik montado en una de sus máquinas del averno dispuesto a acabar con nuestro erizo y sus amigos.
La banda sonora era otro de los puntos fuertes del juego. Corriendo bajo el procesador Yamaha YM2612 de la Megadrive, un enorme Masato Nakamura otorgó al videojuego de una identidad propia. Enamorado de la música instrumental trabajó siempre con instrumentos reales para posteriormente portarlos a los formatos digitales de la forma más fiel posible. Sus melodías son míticas y siguen resultándonos familiares por mucho tiempo que pase.
Y es que este juego se convierte hoy en pura nostalgia pixelada. Mientras la mascota de Nintendo sigue ofreciendo videojuegos de un enorme calibre, el puercoespín azul no aceptó bien el cambio a las 3D. Su velocidad, su anarquía de movimientos en pantalla, hacen del personaje un avatar incontrolable en un universo de este tipo. Por ello nunca olvidaremos a nuestro amigo en su esplendor de las dos dimensiones, corriendo por la circuitería de una bestia negra que a la postre le dio a Sega su mayor gloria. En nuestros mejores sueños de jugón nos seguiremos encontrando con los verdes campos de Green Hill Zone, las volcánicas cavernas de Marble Zone, los imposibles vuelos impulsados por los muelles de Spring Yard Zone, el templo acuático subterráneo de Labyrinth Zone, los loopings nocturnos en Star Light Zone o las peligrosas máquinas llenas de trampas de Scrap Brain Zone. Cada fase, cada salto, cada enemigo quedó grabado en nuestras retinas para siempre. Como nuestro amigo azul, el estandarte de Sega, la mejor mascota de todos los tiempos.
Web del autor: The Videogame Culture
Estoy muuuuy deacuerdo contigo Holdy. Este juego nunca se podrá olvidar. Yo lo jugaba, incluso hace poco, en la Master System, y era brutal. Ya los otros 2 no me gustaron tanto. Sigo acordandome de todas las pantallas y sus músicas. Cuantas tardes jugando a Sonic. Luego me compré, por 29.900 ptas, la Megadrive con 2 mandos y el Sonic 1, 2 y 3. Me gustó mucho el uno, como no, y el tres, porque se puede grabar. Yo digo que Mario Bros era diferente, aunque tenía encanto. Pero a mi, me gusta y me gustaba Sonic como la mejor mascota de cualquier plataforma.
Ya veremos a ver como sale Sonic 4.
Por cierto, me he comprado las 2 portátiles de Sega con 30 juegos en memória y todo eso, además de la consola, de venta en Games (lo que era Mail), la megadrive ¿4 tal vez? distribuida por Blaze y tiene juegos en memoria, dos mandos y slot para los cartuchos. Y aquí está mi duda:
Weberos de Infoconsolas ¿Creeis como yo, que Sega está haciendo marketing y un estudio de ventas, y dependiendo, tendrá en mente una consola? Por las cosas que hace, me dá a mi que algo tiene. Cuando el rio suena, agua lleva.
estupendo articulo, totalmente de acuerdo, este fue mi primer juego para mi primera consola, la razon por la que pedi una mega drive por reyes, que al final me regalaron, no quiero hacerme muchas ilusiones con el sonic 4, por que lo que he visto realmente no me ha gustado, sobre todo la animacion del personaje y la forma de moverse por los escenarios, pero a ver si lo pulen de aqui a que lo saquen y hacen el juego de sonic que todos estamos esperando desde hace muchos años.