CoD Modern Warfare 3: No te enrolles que tengo prisa

¡Preparad las hoces y antorchas muchachos! Un servidor se ha pasado hace dos días el Call of Duty MW3 y se ha quedado más indiferente que Pavarotti escuchando a Ramoncín (El Rey del Pollo Frito).

Hacía tiempo que quería echarle el guante, pero mi atareada vida de lujo y placer no me había permitido catarlo hasta hace cuatro días…

Los más perspicaces del lugar ya se habrán dado cuenta del detalle, empecé a jugarlo hace cuatro días y lo finalicé hace dos. Es decir, el juego es cortito en su modo campaña… Ningún problema, es un Modern Warfare y ya se sabe, modo campaña de escasa duración pero intenso como pocos. O así era antes.

Antes de continuar con mi experiencia personal ante este juego, me gustaría aclarar que no soy el clásico jugador al que solo le va al acción y aprieta al instante el botón Start cuando sale un poco de texto o video argumentativo. Al revés, me encanta disfrutar de una buena historia e investigar todos los recovecos del mapeado. Por otra parte, debo reconocer que los anteriores MW, al igual que le sucedió a la mayoría de la población mundial, me parecieron unos videojuegos realmente buenos dentro de su género y concepto.

De esta forma, las expectativas que tenía respecto al MW3 eran bastante altas y tras haber concluido su modo campaña, debo decir que no me ha decepcionado, sencillamente me ha “iluminado” y me ha hecho cambiar el concepto que tenía de toda la saga. Si yo pensaba que era un fan de los MW, este último titulo me ha hecho ver que no lo soy en absoluto. Permitidme que os explique.

Examen de historia

Si mañana me preguntasen de qué va el MW3 o la propia saga, un cinco rascado sería un sueño para mí. Sé que me encantó el primero, sé también que la trama del primero liga con el segundo o… eso creo. Y doy por hecho que el segundo tiene que ver con el tercero porque me suenan muchos nombres rusos y una serie de flashes me recuerdan que la guerra sigue.

Este simple detalle es sumamente significativo en varios aspectos. Soy muy consciente que teóricamente, la saga MW tiene un buen argumento. Pero no me pidáis el cuál es este argumento porque ya que no me acuerdo. Desconozco si mi mala memoria se debe a los largos periodos de tiempo que han pasado entre los diferentes títulos, a que su trama en detalle es demasiado compleja, al hecho de haber jugado a otros CoD entre MW’s mezclando historias o a que probablemente, la trama no era tan buena o importante en el desarrollo del juego, como para que mi cerebro le otorgase la importancia de apretar el botón “Save”.

Seguramente es un compendio de diversos factores, pero algo en mi interior me dice que uno de los aspectos más importantes, es que puedes jugar perfectamente sin prestar atención a una sola frase del argumento. Esta versión esta corroborada por mis maltrechos oídos, en su intento de entender las frases que en plena batalla me sueltan mis compañeros de guerra. Silbidos de bala, explosión, motores de tanque y demás hacen que tenga que escoger entre sobrevivir o leer los subtítulos. En más de una ocasión tuve que escoger sobrevivir…

 

Mecánica de juego: Sigue el pasillo

Porque los Modern Warfare molan, vaaaaaale… Pero nadie me podrá negar que son un poco lineales, ¿no? Es verdad que puedes encontrar algún portátil en la despensa o hacer el rebelde cogiendo una calle trasera, pero el camino a seguir es siempre una recta. Si de una guía Michelin se tratase, esta se vendería en rollo de papel higiénico (empiezo a oler el humo de las hogueras).

No quiero caer en la tentación de criticar por criticar. Ya se que con ese apartado técnico tan bestial para nuestras consolas y los escasos tiempos de carga, no podemos pedir imposibles, pero se hubiese agradecido un poco de libertad engañosa en vez de tanto coche atascado o muro derruido.

En la práctica, ya tengas que seguir al capitán “Sigue”, rescatar a un rehén o explosionar el castillo del ruso al que sus padres no le enseñaron que eso de conquistar el mundo está mal, todo se reduce en seguir la línea del punto A al punto B. Muy logrado, eso sí.

Por otra parte y como ya habíamos comentado, la mecánica del juego se pasa por la torera la historia del mismo, siendo este un fallo muy habitual en los juegos actuales para ponerlos al alcance de todos los públicos. No hace falta que veas o leas nada, puedes ir al baño o a hacerte la rebanada de pan con Nocilla en cada “descanso” (o Crema de Cacao y Avellana Hacendado, que estamos en crisis), el juego te dirá en todo momento a donde tienes que ir o que tienes que hacer. Como si de Miyamoto se tratase, el MW3 por defecto siempre te llevará de la mano.

Llamadme Satanás si queréis, pero soy de los que piensan que en pos de una buena experiencia de juego, uno debe estar atento a la trama y superar el simple reto de encontrar, por sus propios medios, algo tan simple como una Iglesia por ejemplo. Y el que apriete el botón Start antes de tiempo que se busque la vida (como mínimo en un juego lineal).

 

Capacidad de Asombro

Hasta aquí, tenemos un videojuego con una historia no tan sublime como esperábamos o en su contra un tanto olvidadiza (¿alguien se olvida de la trama de Star Wars, El Padrino o 324 episodios de Dragon Ball? No, ¿verdad?), la cual carece en la práctica de importancia para finalizar el juego (por decisión de sus propios creadores) y además, con una lineal y sinuosa mecánica de ir de A a B por una autopista (en una fase se da de verdad).

Pero bueno, aún así, los CoD molan… Armas chulas, misiones en todas partes del globo, bombas atómicas que explotan, motos de nieve, aviones supersónicos, momentos estresantes de sigilo y mil y una situaciones que nos han puesto los pelos de gallina, hacen de esta saga un autentico ejemplo de cómo incluir satisfactoriamente el factor Capacidad de Asombro. Hasta que ya no asombra.

Lo que sucede, es que los últimos CoD nos han hecho vivir experiencias tan alucinantes y sorprendentes, que uno le pide todavía más a este MW3… Y no es posible. La gallina de los huevos de oro se ha exprimido demasiado entre MW y Black Ops. Al igual que sucedió con la ambientación en la Segunda Guerra Mundial, llega un momento que uno tiene la sensación de haber vivido todo lo que se nos presenta. No es un fallo del juego, es un fallo de timing de lanzamientos en relación a la saga. Avaricia lo llamarían otros…

Entonces… ¿Me vuelvo al Counter Strike?

Por supuesto que no, al Counter no se vuelve porque no se deja, que quede claro…

Call of Duty Modern Warfare 3 no es un mal juego, ni mucho menos. Cualquiera que no haya jugada a las anteriores ediciones lo “flipara en colores” (voy a poner esta expresión de moda una vez más). Pero tras haber jugado a los anteriores títulos, sumado a los problemas del modo historia y la mecánica de juego, la experiencia de juego en el modo campaña no es ni mucho menos la deseada, la que esperábamos al jugar a un flamante MW.

En mi caso, el resultado ha sido que, sin pretenderlo, me he dejado llevar por su simplicidad. No he sentido miedo o dolor, no he empatizado con los personajes, no he vivido la guerra… La acción trepidante de anteriores ediciones se ha convertido en un “si me matan de nuevo aprieto Start y aquí no ha pasado nada”.

He disfrutado, sí… pero no tanto como esperaba. En más ocasiones de las que me hubiese gustado, me he encontrado corriendo y disparando en línea recta sin más pretensiones que la de llegar al final de la fase, dejándome llevar por el juego y sin darme el placer en consecuencia, de atrincherarme, de esconderme, de esperar al enemigo, de sonreír mientras apuntaba su entrecejo. No he saboreado este MW3, me lo sirvieron frío.

Esta ha sido mi experiencia con el último Modern Warfare 3. Ahora bien, los seguidores de la saga, aquellos que en estos momentos estarán afilando sus cuchillos y buscando la dirección de mi casa por Internet (Beverly Hills, 90210 California), llevarán un buen rato pensando:

“Pero pavo! Y qué pasa con su modo online?!!! Y sus misiones!! Y su modo supervivencia que no t’enterash!!!!” (modo ironic off)

Tranquilos, tranquilos… Tenéis toda la razón del mundo, es más, su modos online y sus partidas a pantalla partida son precisamente lo que hacen de este juego, un gran videojuego. Las risas que te puedes echar con un amigo echando un modo supervivencia no tienen rival, presión en estado puro hasta que uno de los dos se equivoca y dicta la sentencia de muerte de ambos con todo lo que esto acarrea.

Es toda esta oferta complementaria, la que salva y catapulta al MW3 hasta el lugar que se merece. Pero a un humilde servidor, con gustos de viejuno, le hubiese gustado que su modo campaña, siguiese siendo la parte más importante del videojuego en vez de un extra en plan “no te enrolles que tengo prisa por acabármelo”.

No es nada nuevo, la tendencia de cambiar las tornas entre el tradicional modo offline principal y lo que anteriormente eran extras del juego, lleva ganando enteros a lo largo de estas dos últimas generaciones. Que nadie se equivoque, me encanta esta evolución de los “extras”, pero no estoy de acuerdo con que se produzca a costa de un detrimento del modo principal de toda la vida. No en este tipo de juegos a los que todavía mucha gente, juega únicamente en su modo online (por increíble que le parezca a algunos). De ahí mi crítica.

Ahora, una vez finalizado el artículo, agradecería que antes de comentar dejaseis vuestras hoces, palas o rastrillos y apagaseis las antorchas, hogueras y demás artilugios de tortura o sodomización. ¡Gracias de antemano!