Diez grandes sleepers de Super Nintendo

Después de traer a la memoria diez juegos de Megadrive que en su día no tuvieron tanta repercusión como merecían le toca ahora el turno a los 16 bits de Nintendo:

Batman Returns, Konami, 1993:

Konami creó un extraordinario brawler para Super Nintendo en 1993 aprovechando el carisma del personaje de DC y el tirón de la película de Tim Burton. El juego presentaba una Gotham gris pero con matices coloristas, enormes sprites y una jugabilidad a prueba de bombas. Por increíble que parezca a pesar de la compañía a la que pertenece y del tirón del film pasó bastante desapercibido frente a títulos como Final Fight que en Super Nintendo no le llegaban ni a la sombra al cartucho de Konami.

Garou Densetsu Special, Takara, 1994:

La versión japonesa del mítico Fatal Fury Special fue reprogramada por Takara en 1994 de una forma magistral para “el Cerebro de la Bestia”. En tan solo 24 megas se comprimieron todos los personajes y escenarios del juego de Neo Geo –nada menos que quince- con un cuidado por el detalle extremo. Cada golpe, la perspectiva en dos planos, todo lo que tenía el arcade original estaba aquí, excepto la banda sonora que francamente desmerece bastante respecto a  las composiciones creadas por SNK. La versión pal del juego vino capada con cuatro personajes/ escenarios menos para economizar gastos lanzando el juego en tan solo 16 megas. Es, probablemente, uno de los tres mejores títulos de lucha de la consola.

Nigel Mansell’s World Championship, Gremlin, 1993:

Este título posee la mejor representación del circo de la Fórmula 1 en 16 bits. Todo está cuidado al detalle: cambios atmosféricos, tipos de neumáticos, desgaste de los mismos en carrera, importancia de la clasificación previa a cada Gran Premio y una reproducción bastante rica de cada uno de los 16 circuitos que contiene. Utiliza una rutina en 3-D para representar la línea de la carretera que crea una falsa sensación de perspectiva al girar el coche que lo hace muy real. Un cartucho profundo y muy satisfactorio para los amantes de la conducción.

Pilotwings, Nintendo, 1990:

Uno de los títulos perteneciente a la primera hornada de la consola, sorprendió a propios y extraños por lo singular de su propuesta –un simulador de vuelo en las disciplinas de caída libre, jet pack, aeroplano, ala delta y helicóptero- y por su aspecto gráfico creado en un entorno tridimensional a base de modo 7. El juego es tan original como divertido, con una excelente progresión en la complejidad de cada una de sus misiones y un componente adictivo sin igual. 100 % Nintendo.

Plok, Tradewest, 1993:

Colorista y divertido plataformas animado por las geniales composiciones de Tim Follin, es uno de esos juegos que existe en todo catálogo de cualquier sistema, posee una factura impecable, es largo y exigente y está extraordinariamente acabado, pero pasó desapercibido por falta de publicidad. Muy recomendable.

Skyblazer, Sony Imagesoft, 1994:

Genial es la palabra que mejor define a uno de los mejores títulos que dio la generación de los 16 bits. Un juego de plataformas y disparo con un aspecto gráfico enorme, múltiples planos de scroll parallax, todo tipo de efectos incluidos algunos en modo 7, un uso exquisito de los 256 colores que podía mostrar en pantalla la Super Nintendo, unidos a un diseño de niveles y a una respuesta a los controles simplemente magistral. Engancha desde el primer segundo y no te suelta hasta el final. El mejor de esta lista.

Super Pang, Capcom, 1992:

La conversión del superadictivo arcade de Capcom para Super Nintendo pasó sin pena ni gloria por este sistema debido a la incomprensible decisión de caparle el modo de dos jugadores clásico de la máquina original. Es la única pega que tiene el juego. Eso sí, en el modo de un jugador es tan divertido y satisfactorio como la recreativa. A día de hoy sigo visitándolo con mucha regularidad.

Tetris & Dr Mario, Nintendo, 1994:

Tras el contínuo baile de licencias en torno al genial puzzle diseñado por Alexey Pazhitnov Nintendo trasladó el juego de Nes a su máquina de 16 bits añadiéndole algo de colorido y el genial puzzle creado por Shigeru Miyamoto –Dr Mario- como extra. Dos obras maestras al precio de una. Tan viciante como el primer día.

Uniracers, Nintendo, 1994:

Este título que fue conocido en nuestro país como Unirally es otra muestra de originalidad y buen hacer de la Nintendo del siglo pasado. Nada menos que unas carreras de monociclos con sprites renderizados a pantalla partida, ofrecieron un título austero en lo gráfico pero revolucionario y perfecto en su gameplay. Para darle horas y horas sin cansarte buscando superar nuevos records.

Zombies Ate My Neighbors, Lucas Arts, 1993:

Se trata de un magnífico run and gun de perspectiva isométrica/ cenital, desarrollado por Lucas Arts y distribuído por Konami para Super Nintendo y Megadrive. Un juego largo -48 fases- en el que el principal objetivo es el de rescatar en cada nivel a tus sufridos vecinos de las garras de los zombies usando todo tipo de armas. El juego se muestra como un genial tributo a las películas de terror de serie B de los años 50 y está acompañado de un apartado musical brillante. Además posee opción de dos jugadores que lo convierten en uno de los títulos más largos y divertidos para compartir de su generación.

Espero que hayáis disfrutado leyendo este reportaje. Ahora solo os queda poneros a los mandos de la Super y darle durante horas a cualquiera de los geniales títulos que os propongo…

…de nada.