Siempre han estado ahí, flotando, suspendidas en la nada a la espera de ser recolectadas para sumarse a nuestro marcador virtual. Cientos de videojuegos de muy diversas plataformas nos han brindado la oportunidad de enriquecernos virtualmente y nosotros, hemos ido tras ellas desde nuestra más tierna infancia.
¿Alguien se ha preguntado alguna vez que ley física permitía la ya citada suspensión? No, todos hemos entendido que estaban ahí para recogerlas, el motivo o causa nos daba lo mismo. Entonces, ¿por qué cada día somos más exigentes con los “defectos” de los videojuegos? ¿A qué viene esta lógica y realismo obligado?
Hay gente que piensa que los juegos realistas tienen escasos años de vida. Nada más lejos de la realidad. Los juegos de carácter realista han existido siempre, estando como es evidente, condicionados por la tecnología existente. Que hace veinte años nuestro hobby se mostrase en forma de sprites, no significa que una gran parte de los videojuegos, no fuesen realistas acordes con las posibilidades de la época.
Siguiendo en el pasado, si hablamos de juegos cuya máxima pretensión era divertirnos, el realismo es un factor que ni el usuario ni los desarrolladores tenían en cuanta. Mario se ha deslizado toda la vida por tubos, ha recogido monedas flotantes y ha tirado bolas de fuego surgidas de la nada. ¿Algún problema? No, ninguno.
Pero la industria evoluciona y el usuario, se ve irremediablemente influenciado por las nuevas tendencias. Las poderosas maquinas de los últimos años nos han traído gráficos foto realistas y físicas muy cercanas a la realidad. Algo positivo pero que cuenta con un “pero”:
O los usuarios no hemos sabido digerir bien este avance o las desarrolladoras no han logrado marcar bien la línea entre juegos y “simuladores” de la realidad.
Me explico, a medida que los videojuegos han evolucionado y mejorado técnicamente, una gran masa de usuarios ha ido aumentando sus expectativas, llegando a criticar todo detalle de un videojuego que no este perfectamente acorde con la calidad global del mismo y en muchos casos, con la propia realidad.
Basta echar un vistazo por foros y webs especializadas en videojuegos de actualidad, para ver como muchos de los últimos lanzamientos son acribillados indiscriminadamente por una textura equivocada, una explosión malograda o una detección de disparo o colisión poco realista.
Estas críticas están totalmente justificadas cuando se suman los 60 euros gastados por el usuario y una campaña de hype/publicitaria por parte de los desarrolladores vanagloriándose de lo realista que será su próximo juego, sirviendo como ejemplo la típica y ya cansina frase de, “os costará diferenciarlo de la realidad”.
Pero debido al gran avance técnico del que disfrutamos desde hace años, la línea se ha hecho mucho más delgada, siendo en numerosas ocasiones difícil de distinguir y llevándonos en consecuencia a confusiones perfeccionistas por parte de los usuarios, cuando estas no tienen lugar. Tendemos a confundir juegos de carácter realista con videojuegos que únicamente quieren hacernos pasar un buen rato, tan sólo porque tengan un gran apartado técnico.
Hablando en “pueblo llano”: Ponemos a parir a juegos que nunca han pretendido ser algo más, que un simple entretenimiento. Nos quejamos de que nuestro personaje “aparezca” conduciendo un coche, en vez de subirse abriendo la puerta, nos burlamos cuando nuestra heroína sobrevive de una caída de 20 metros y ponemos a caldo a más de un programador cuando nos matan por un tiro en el antebrazo.
Como ya he dicho, esto tiene su lógica cuando el juego pretende emular la realidad, pero no cuando únicamente se basa en ella como referencia. Hoy en día, muchos son los juegos que nos muestran entornos realmente conseguidos, pero no por ello debemos pensar que dichos videojuegos tengan más intenciones que la de hacernos pasar un buen rato, a no ser que nos digan lo contrario.
Este hecho no se percibe como un problema dentro del mundillo de los videojuegos de cara al usuario, nosotros ponemos a parir “x” juegos y nos quedamos tan tranquilos. Pero esto es así porque los afectados no somos nosotros, la mayoría. Quien sufre esta incomprensión ya sea justificada o no según el caso, son los estudios y desarrolladores, la minoría. Nuestras críticas se lanzan anónimamente desde miles de webs ya sea en análisis o en comentarios. Y como es normal, cuando un equipo de personas únicamente querían entretenernos (aparte de ganarse la vida), sin mayor pecado que el de crear un buen apartado gráfico, esto no debe sentar muy bien…
Hasta tal punto ha llegado esta falta de objetividad por nuestra parte, que como podéis comprobar, aun teniendo la posibilidad de crear juegos con grandes apartados técnicos, muchos estudios en ocasiones prefieren plasmar en sus títulos gráficos estilo “cartoon” o “simpaticotes” para evitar confusiones y posibles problemas. Es una forma de decirnos:
“Ey chavales! Que esto sólo es un videojuego para pasárselo bien, disfrutad de su mecánica, de su control, de su multiplayer y jugabilidad… Sabemos hacer gráficos mucho mejores y físicas más realistas, pero lo importante es que os divirtáis”
Curiosa pero a su vez, práctica solución para el problema del que hoy tratamos. Una magnifica forma de marcarnos “la línea” entre un videojuego con aires realista y otros cuyo máximo y principal objetivo es nuestra diversión (abaratando costes ya que estamos). El “pero” está en esta ocasión, en que a veces dejamos de disfrutar de un buen apartado técnico en pos de marcarnos con rotring del 20 la susodicha “línea”.
La solución definitiva no es nada fácil. Si en un principio puede parecer que la mayoría de videojuegos, debido a su temática están exentos de este problema, basta pensar en videojuegos basados en fantasía o más específicamente, la Tierra Media –teóricamente exentos de este problema por su temática-, para recordar quejas acerca de los “irreales” puntos de vida de un Troll o el tamaño del mapeado. ¿Alguien conoce los puntos de vida de una bestia imaginaria o el tamaño “real” de un mundo creado por el propio estudio?
De hecho, este mismo problema lo vemos en industrias como la del cine, mucho más veterana que la nuestra e igualmente criticada en muchos casos: Si varios Transformers se esconden en un jardín, pues se esconden y ya esta joder, que hemos ido a ver Transformers… Lo mismo sucede con el ADN de Jurasic Park, si nos dicen que ha persistido durante 200 millones de años (y sin conservantes), pues uno deja olvidados durante un rato sus conocimientos y disfruta de la película de ciencia ficción que ha ido a ver.
En definitiva, los estudios tienen la difícil labor de sabernos comunicar por diferentes métodos, que pretenden ofrecernos con sus productos (siempre que dicho producto pueda llevar a cierta confusión). Y por nuestra parte, si queremos hacerles un poco de justicia y siempre que no nos digan lo contrario, dejemos a nuestra imaginación trabajar como hacía antaño, para mitigar posibles fallos o incongruencias y, lo más importante, volvamos a tener muy claro que los videojuegos son para jugar, ya sean en pixels o en polígonos.
Muy cierto David V.
Me acuerdo la rivalidad en el 96-97 entre Tomb Raider y Resident Evil, cuando mis amigos amantes del primer juego de Lara me decían: -¡¿Como puede ser, que no puedas entrar en una habitación cerrada con el arma que llevas?! Disparar a las puertas, patada para abrirla… ¡Y si usa el bazoca contra la misma… mejor ni hablemos… ni una sola mancha.-
Y imaginaté como me ponía yo con las cosas que hacía Lara… aunque me gustó también Tomb Raider. En fin… aquí aplicariamos el dicho español: -Nunca llueve a gustos de todos-.
El que quiera realismo que salga a la calle.
es que lo que está pasando en la calle en este momento no me lo puedo creer.
Buen articulo. desde hace rato que busco que los juegos se alejen lo más posible de la realidad. Por suerte aún hay muchos títulos para despejarnos un poco.
Ahí, ahí, esto de los videojuegos está para evadirse un poco, no para recordarnos las miserias de la realidad.
Creo que el problema empieza cuando el video jugador se deja llevar por las graficas, Las monedas de Mario Bros estan ahi suspendidas por arte de Magia.