Los más veteranos del lugar, recordaréis con nostalgia a R.O.B., aquel curioso robot para la NES de Nintendo, el cual haría las delicias de todos los hijos únicos del mundo convirtiéndose en su compañero de vicio particular…
Pero como demuestran los chicos de Angry Video Game Nerd en un delirante video, nada más lejos de la realidad. Pasen y vean señores.
El siguiente video fue lanzado hace varias semanas y es posible que muchos de vosotros ya hayáis disfrutado del mismo, pero basta una única persona que todavía no lo haya visionado para que este post tenga sentido.
De una forma totalmente irónica y realista, comprobaremos que la nostalgia a este periférico, se debe únicamente a que la mayoría de nosotros no lo “disfrutamos” en su momento. Os recomiendo que veáis el video completo ya que aunque sea en clave de humor, deja en evidencia la gran decepción que supuso este artilugio para la mayoría de sus poseedores. ¿Alguien lo tuvo en su día?
Yo lo tengo y tengo que decir que JAMÁS he conseguido hacerlo funcionar.
Es todavía peor que el guante, que ya es decir.
ya vi el video hace algun tiempo y la verdad que es buenisimo,siempre me ha llamado mucho la atencion este accesorio,yo llevo algun tiempo intentando comprar uno, pero no soy capaz de encontrarlo a un precio asequible para mi maltrecha economia.
La verdad es que no lo había visto funcionar a ROB durante el juego Gyromite. ¡Curioso aparato! Dan ganas de tenerlo, aunque claro Kaiser77, después de lo que has dicho, prefiero no tenerlo. Gracioso el video.
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJ!!!! Lo que me he reído con este video!!! :D:D::D:D:D:D
Yo tambien le sigo, y es un puntazo el tio.
Por si alguno es desconocedor lo teneis subtitulado en ScrewAtack en esta direccion
jeje muy bueno, la verdad no me imaginaba como funsionaba ese artefacto… pero a partir de hoy tengo la total seguridad de q no es nada q valla a cambiar mi vida, yo soy coleccionista y en estos casos es donde digo la verdad no pago las exageraciones q piden x el » amigo robot operacional» q sindo sincero lo usaria una o dos veces antes de q se vuelva un adorno más en mi pequeño museo