Son las dos del medio día, un agudo y penetrante sonido de campana de los años 50 chirría por todo el instituto, las clases han acabado por esta semana. Cinco días aguantando a unos señores cuya vocación e ilusión hace mucho que les dejó, cinco días aparentando en los pasillos, esquivando los “marrones” en los patios y pensando si ese cruce de miradas con la “Musa” significa algo o no…
Pero ya es viernes y eso es lo único que importa, los colegas estarán esperando fuera y hoy toca Mac Donalds y unos “futbolos” en los recreativos, dos Mac Pollos por 500 Pts es una oferta que no se puede rechazar…
La salida del instituto se convierte en un cúmulo de grupitos concretando los planes del finde: Galas de tarde, marchas por las discotecas, botellones programados, unos apuntes para el próximo examen, cinco chavales con mala pinta esperando a un chaval que casualmente se ha puesto “malo” una hora antes… Me limito a saludar, a chocarla, a sonreír y a decir “nos vemos esta noche”, mis colegas me esperan a pocos metros con las scooters y con cara de malotes, las apariencias priman por encima de todo.
Una ronda de saludos y coñas, el pitón guardado en el asiento de mi Piaggio Typhoon, un medio casco de plástico negro con pegatinas en mi cabeza y ya estamos listo para salir dándole gas directos al Mac Donalds, las chicas esperan ahí…
Ya en la terraza del Mac Donalds, las tornas cambian completamente. El sitio es tranquilo, pero depende de para quien. Un grupo de adolescentes sentados con sus amigas alrededor de dos mesas, se convierte en el blanco perfecto para los “malotes” de verdad, esos que vienen pidiéndote y enseñándote un brazo destrozado por la heroína o, en el mejor de los casos, los que vienen pidiendo con la seguridad de que si hay movida, tú la tendrás después. Palma es pequeña.
Por suerte, la tarde transcurre tranquila… Hasta que deja de serlo. Cuatro motos con paquete llegan a la terraza, para la mayoría de familias esto no supone ninguna novedad, pero a nosotros nos basta ver las motos para saber que mejor marcharnos… Un par de excusas para no quedar de “palomos” delante de las chicas y en cuestión de dos minutos nuestra mesa queda vacía. Una mirada atrás es suficiente para saber que hemos hecho lo correcto, al grupo de chavales que teníamos al lado ya les están “curioseando” los cascos y los relojes, ya se pueden ir despidiendo de ellos.
Marta va de paquete, es una de esas chicas que me gustan pero de una forma “intima”, sin que nadie lo sepa. Si me preguntan, lo negaré. Ella se agarra con fuerza y puedo notar perfectamente uno de los motivos de porque me gusta. Puede que esta noche me escude en el alcohol para hacer algo que seguramente me ocasionará varios meses de coñas entre los amigos.
Las tornas vuelven a cambiar, hemos llegado al Grand Prix, nuestro recreativo, nuestro territorio. No somos los únicos, pegado al Grand Prix está el recreativo Missisipi, son muchos los grupos de chavales que frecuentan los recreativos, pero entre todos disfrutamos de un no escrito pacto de caballeros: En nuestro lugar común, no tiene que haber movidas… Si se liase seria demasiado grande y unos u otros perderíamos un punto de encuentro que nadie quiere perder. Aplicamos la ley del respeto.
Con las motos aparcadas sin bloqueos ni cadenas en la acera, un cigarrito para hacerse el interesante delante de las “nenas” y una nueva ronda de saludos y risas, ya estoy listo para adentrarme en un lugar oscuro, húmedo, repleto de humo, sonidos, gritos y musiquitas que se entremezclan entre si, pero a mi me sabe a gloria…
Echo un vistazo a las maquinas disponibles y veo decenas de chavales absortos iluminados por una pantalla, me apetece echar un Neo Turf Master para empezar, todavía es pronto y quiero que las monedas me den para varias horas, pero un tío de treinta y pico tacos y con pintas raras está aferrado a los mando, paso bastante de ponerme a su lado. Me doy una vuelta y encuentro a mi victima perfecta, un chavalin las está pasando canutas contra Honda mientras su compañero mira callado. No me durará dos asaltos.
¿Se puede? El chico me mira y afirma con la cabeza…Mi Guile hace justicia y en dos rounds con un “Perfect” incluido el chaval se va con la sensación de haber malgastado cinco duros. Me encantan esas situaciones… Pero la alegría me dura poco, el amigo que miraba callado me pregunta si se puede, le miro ingenuo a la cara pensando cómo es posible que después de haber visto mi nivel, quiera perder cinco duros. Tras unos segundos mirándole a la cara mi respuesta es un “sí, claro”.
¡¿Dhalsim?! ¿Pero quien coño se cree este tío? Peor para él… El combate va a empezar, el avión viaja hasta la India y Edu se pone a mi lado, no dice nada pero se lo que piensa: “Como no le curres me voy a partir el culo de ti”. ¡Rooound One! Estoy jodido, este tío es un maquina, mis patadas se encuentran con sus puños y el fuego me mantiene a distancia. Mi barra de vida se consume poco a poco y este maldito estratega de los ataques a distancia juega con el tiempo a su favor. 3,2,1… Pierdo el primer round. Cambio mi estrategia, que sea él quien se acerque, yo también tengo ataques a distancia y en algún momento u otro cometerá un fallo y mi doble patada impactará sobre él. Gano el segundo round y a duras penas el tercero, el chaval se despide con un gesto de mala suerte y ni me quiero imaginar lo que me haría con Ken.
Sigo la partida y Vega me vuelve a ganar, estoy seguro que Manolo el encargado ha vuelto a subir el nivel de la maquina. Veo a Nacho llegar con su Vespino “año 1000 a.c.” y nada más entrar vamos directos al futbolín, yo de defensa y él en la delantera. Todos nos conocemos, jugamos semana tras semana y según los meses, día tras día. Sabemos a quien le podemos y a quien no, pero a veces la suerte se pone de nuestra cara. Es impresionante como nos hemos podido especializar en hacer globitos, la humillación recae sobre nuestros contrincantes y en ocasiones, agradezco tener a más de veinte amigos y conocidos en el local, es un seguro de vida. Los contrincantes cambian y nosotros seguimos, la tarde se nos está dando bien, hasta que llegan dos obreros. Las risas se borran de nuestra cara y me concentro para intentar ver la bola, el antebrazo de ese tío no es normal y solo rezo para meter un gol y no tener que pagar una Coca Cola… Nacho se porta y cumple como delantero, nos han currado pero hemos metido uno, nos libramos de la humillación del “refresco a cero”.
Las horas pasan, una partida al Bomberman con las amigas, un Tetris para ligar, unos frustrantes combates al Fatal Fury y Art of Fighting intercalados con risas y charlas fuera del recreativo van vaciando mis bolsillos. Toni me ofrece echar un Virtua Striker de Sega y yo le digo que ni loco, que ese juego es para pijos, veinte duros una partida… ¡Donde vamos a llegar! Todavía es pronto para ir a cenar así que me toca administrar bien el dinero, las opciones son claras: Super Pang y Ace Combat, casi una hora de vicio asegurado con dos simples moneditas.
Me dispongo a echar una moneda al Super Pang pero afortunadamente, justo antes de introducirla veo pasar un perfil conocido por la ventana, es Clara, los videojuegos pueden esperar… Salgo nervioso, me hago el sorprendido, saludo y noto como me cuesta decir algo coherente, pero me encanta ver como a ella le pasa exactamente lo mismo… Esa sonrisa no tiene precio. Me atrevo a invitarla a un cigarro y nos sentamos en un portal.
Y el tiempo se detiene en un imagen en blanco y negro: Ya ha oscurecido y la luz de la farola nos ilumina con fuerza, ahí estoy con una chaqueta bomber y la chica de mis sueños, los amigos sentados en sus motos hablando de carburadores y tubos de escape, las chicas al lado en un perfecto corrillo, una fachada de un viejo recreativo con un portón y ventanas con rejas, dejan entrever su interior mientras gente anónima pasea por la calle ignorando que, a escasos metros, un grupo chavales estaban viviendo sin saberlo, los años más bonitos e intensos de su vida…
Y los años pasaron, la chica de mis sueños no resultó ser tal, lo probamos pero no funcionó. Nuevas versiones del Pang, Street Fighter, Bomberman y demás juegos fueron saliendo y otros se quedaron como joyas dentro de mis recuerdos. El grupo se separó y me quedé con los mejores, para mí, pero por suerte Palma sigue siendo pequeña y nos seguimos encontrando. Y aquel viejo recreativo en el que tantas tardes pasé y tantas experiencias disfruté, hace años que dejó de existir.
Eran otros tiempos, años que recuerdo con cariño y con nostalgia. Se que no volverán pero me alegro de haberlos vivido, afortunadamente esta es solo una instantánea de muchas otras ya vividas. Solo espero que dentro de muchos años, otras muchas imágenes en blanco y negro vuelvan a mi cabeza para poder compartirlas con todos vosotros.
La verdad, es que los Recres es una fuente de recuerdos que ni un álbum de fotos podría transmitirnos.
Me recordado a esos chavales que venían con sus motos y sus Alpha´s. Era incómodo el ir acercándose a la puerta de los recres y mirándonos con aires de arrogancia y superioridad hasta haber cruzado la puerta, tenían un «seudónimo»: Els homenets y para ellas, Les Donetes . Algunos de esos tenían mi edad, pero nunca me aceptaron como persona «apta» para su grupo. Yo iba con chavales 4 años menos que yo, de la edad de mi hermano, ahora con 34 parece una cosa normal, pero cuando yo tenía 17 años, los demás tenían 13. Pero nunca me sentí mal por ir con ellos, porque me aceptaban y me trataban por igual. No me arrepiento de nada, incluso hoy por hoy pocos los sigo manteniendo, y sólo gracias a ellos, soy quien soy y me gusta lo que pasemos.
Era curioso, eran muy mayores para videojuegos, pero estaban ahí, como ese gen recesivo al que se tendría que eliminar, cuando jugar al: futbolín, billar, o al Italia 90 era de mayores, pero jugar con una consola era de «crios» y nos decían al pasar: -¡A ver cuando salís del cascarón!-
Hoy por hoy todos tienen una consola y PC y se divierten con su Mame diciendo: -¡Ostras tios, ¿Os acordáis de ese juego que…?!- y continua lo siguiente: -Ostiaas. Si tio ese estaba en los recres que guapo estaba el juego-. Y yo digo: -Sois como las gaviotas, vais pa grandes y vais pa idiotas-.
¿Por que? Muy sencillo. Esa ilusión/alegría que esbozan sus caras al ver el título en sus PCs, como magia venida de la mano de Dios, y les digo: ¡Cuanto os perdisteis por intentar ser mayores! Y ahora que lo sois, añoráis lo que despreciasteis. Y les digo con sarcasmo: -¿No os parece gracioso?-.
Ah ¡ bendita/maldita nostalgia, que bonita nos pone los tiempos pasados, dándoles una magia que se mantiene e incluso aumenta con el paso de los años. La verdad es que sí, los 90 fueron una época mágica para los videojuegos, y estos se refrenda cada vez que tengo la oportunidad de encender una SNES con un amigo y viciarnos a lo que tengamos (Street Fighter II, Mario Bros 3, Super Mario World…). Realmente aquellos videojuegos eran capaces de transmitir algo que hoy en día uno ya no encuentra en los videojuegos.
Dani _Kick,es increíble como nos parecemos en lo que hemos vivido.Lo que cuenta David. V es reflejo de como era mi hermano mayor,ya que solo le interesaban las motos,chicas(cantidad y no calidad,ya me entendeis),porros y preocuparse en ganarme siempre en todo.Yo de disfrutar de la vida y de algo que es mi pasión ,los videojuegos.Fue duro convivir,con esta gente,que no le interesaba nada los juegos,pues solo querían el money,para otros vicios,lo triste era que se lo pagaban,robando a los demás.Que ciertas las palabras que comentáis.Duro que por leer cómics del motorista fantasma eras basura,por maravillarme con darth vaider eras tonto,por soñar con tron un niñato inmaduro ect….Y ahora todo es normal,pero es normal gracias a que nosotros nunca nos rendimos,gracias a que les hicimos saber que los juegos si eran viables,esta industria deberia estar agradecida a nosotros que la apoyamos y gastamos nuestro dinero en ellas y gracias a eso hoy muchos disfrutan con comodidad de los juegos y demás.Somos tigres en todos los sentidos y sobre todo,porque estamos en peligro de extinción.Para no cansaros mucho,deciros que me gustaba mucho jugar en los salones a comando,Italia 90,moonwalker y robocop.
Maravilloso y evocador relato tronco, enhorabuena. ¡MÁS!
Maravilloso articulo, cuanto dinero me habre dejado en recreativas y en gasolina para mi suzuki dr big 50,
Estos articulos siempre me traen recuerdos maravillosos.
Menos mal. Al fin puedo leer un reportaje maduro, con lucidez, estilo y educación. No leía algo decente desde el 21/02/12 con kaiser-77 como autor. Aunque lo que no vale no pierdo el tiempo en leerlo ya que no me aporta nada positivo. Mi enhorabuena por vuestros reportajes a: David V, Daniel J, Imsai8080, Jagpgj, JMV, Kaiser-77 y Raú Factory.
Un saludo.
Me parto el ojete con guepardooooXXXXXXXXXXXXXXX!!!!!!!! Jajajajajaja!!!!!!!!!!! ¿No te gustó mi peaso artículo? Pos dilo claramente y ya está pero no des vueltas como si tuvieras 10 años. ¿Que no lees nada decente desde el 21/02/12?¿Que leiste las aventuras de tarta de fresa o que? Me meooooo……
Este artículo está mu bien. Me recuerda a cuando le robaba el dinero a los pardillacos de los recres como vosotros y me los gastaba en litronacas y putas. Lo más de lo más.
¡Ala, a cascarla!