Leyendo recientemente un artículo de nuestro compañero kaiser-77, acerca de la importación actual y sus posibles consecuencias, me acordé irremediablemente de lo que era comprar juegos de importación en la época de los 16 bits y lo mucho que ha cambiado el panorama en los últimos lustros.
De inusuales y codiciados artículos llenos de misticismo, hemos pasado a estar a un click de tener cualquier novedad a nuestro alcance. Han cambiado los motivos por los que importamos y las forma de hacerlo, y como suele pasar, los usuarios hemos salido muy beneficiados en todos los sentidos a costa de un único “pero”: El encanto que tenía antes todo el mundillo de la importación…
Para empezar la situación era muy diferente por esos años, miles de tiendas anónimas de videojuegos poblaban nuestras ciudades, nuestro hobby era mucho más “nuestro”, España era un mercado totalmente secundario (siendo muy generoso) e Internet, tal y como lo conocemos hoy en día era sencillamente una utopía. A todo esto, debemos sumarle todo el “boom” que supuso la llegada por la puerta grande del manga, anime y todo lo relacionado con lo japonés.
Con está escasez de fuentes de información en lo que a videojuegos se refiere, nuestra innata sed de novedades quedaba relegada a las revistas especializadas, el boca a boca y… nuestra tienda de videojuegos favorita, pequeños templos del videojuego en los que les trataba con sumo respeto y cuidado, ya que el dependiente, solía ser el propio dueño. Era en esos lugares donde cada buen gamer de la época, se pasaba cómo mínimo una vez por semana entre recreativos y futbolines, para ver que novedades habían salido o echar unas partiditas por 20 duros para probar el material.
Dentro de muchos de esos templos del videojuego, había una estantería que acaparaba todas las miradas y unos juegos que eran los primeros en ser jugados en las ya desaparecidas salas de consolas, aunque no por ello eran los primeros en ser adquiridos, si no todo lo contrario. Estamos hablando de los juegos de importación, apreciadas joyas que nos transportaban a otros mundos, las cuales contaban con el poder de dejarnos con la boca abierta, siendo suficiente con mirar las capturas de la caja y posteriormente, su precio.
Los juegos de importación se introdujeron a “mediana escala” en España en la época de las 16 bits, siendo la consola propulsora y más beneficiada la Super Nintendo, debido a su increíble catalogo de juegos especializado en manga, el cual contaba con múltiples exclusividades. A diferencia de hoy en día, las pocas unidades que los responsables de las tiendas decidían y se atrevían a traer, eran prácticamente la única posibilidad de comprar juegos de este tipo, nada de webs especializadas o similares.
Como muchos de vosotros recordaréis y los que no hayáis vivido la experiencia, podréis suponer, tener un Dragon Ball Z entre manos, totalmente en japonés con personajes en la portada que todavía ni habíamos llegado a conocer en España, era un autentico sueño húmedo con forma y tacto hecho realidad, un objeto de deseo al que pocos podían aspirar… ¿El motivo? El elevadísimo precio de dichos juegos. Si a lo que ya costaba un cartucho por esos años (11.000 Pts), le sumábamos el transporte, las aduanas y los beneficios del vendedor, el precio de los cartuchos de importación oscilaba perfectamente entre la 16.995 Pts y las 24.000 Pts, siendo estos precios únicamente rebajados meses antes de la llegada del mismo título a España en PAL, si llegaban claro…
¿Se vendían estos juegos con unos precios tan elevados? Sí, la respuesta es sí, pero sin llegar a grandes cifras y el factor tiempo tenía mucho que ver en este aspecto. Aunque en la actualidad los lanzamientos a nivel mundial están a la orden del día, y la balanza de lanzamientos y calidad se ha equilibrado en los diversos continentes, disminuyendo así la abismal diferencia entre Japón y el resto del mundo que todos hemos sufrido, en esos años el tiempo de espera de un lanzamiento en Japón y su llegada a España era prácticamente de dos años y eso, si llegaba a salir.
Eran años en los que el poder adquisitivo de los españoles era más reducido (algo discutible con la actual crisis) y donde el mercado occidental era tratado con mucho escepticismo, ¿estábamos preparados para recibir un videojuego basado en Alita, Slum Dunk o El Puño de la Estrella del Norte? ¿Merecía la pena traducir dichos juegos al inglés o francés? (Ojo, no al español).
Desgraciadamente, en la mayoría de casos la respuesta era no. Pocos éramos los que comprábamos mangas y nos guste o no, las diferencias culturales eran muy notables en cuestión de videojuegos, haciendo que muchas mecánicas para ellos habituales como los combates de cartas, aquí fuesen rechazadas por las mayorías en pos de otros estilos de juegos.
En consecuencia, la importación de videojuegos gozaba en España de un gran mercado virtual, debido al tirón del manga, el factor tiempo y la posibilidad de tener en ciertas ocasiones, “el mismo” juego que en los salones recreativos (Fatal Fury, Art of Fighting…), pero en la realidad dicho mercado era muy minoritario por culpa del idioma, las mecánicas de juego y principalmente, el precio. Un quiero y no puedo que mitigábamos jugando media horita en las ya mencionadas salas de consolas de nuestras añoradas tiendas de toda la vida…
Aun así, mucho fuimos los que, de manera esporádica, conseguimos adquirir alguno de esos títulos en ocasiones especiales, ya fuesen japoneses o en menor medida, norte americanos, los cuales tenían la ventaja del idioma. Pero esto suponía un riesgo añadido para nuestras queridas consolas, un peligro en la sombra se ceñía sobre ellas y desde el Club Nintendo, nos amenazaban con la perdida de garantía por hacer tratos con el diablo y prácticas de brujería. Esto hablando del injustamente castigado y atacado, adaptador NTSC/PAL…
En unos tiempos en los que la piratería brillaba por su ausencia, pocos fueron los periféricos que sufrieron tan injustificadamente el ataque de la industria de los videojuegos. No pirateábamos, no robábamos y encima, nos salía más caro, realmente sólo queríamos jugar a aquellos juegos que nunca llegarían a nuestras tierras o por los que tendríamos que esperar dos años a ver si se decidían, pero de nada valía todo esto ya que para ellos, el adaptador NTSC/PAL era obra del diablo y acabaría destruyendo nuestras consolas.
Con los años, todos hemos podido comprobar que poco de cierto había en todos los intentos que Nintendo España ejerció para evitar que nuestro dinero, lo gastásemos donde y como queríamos…
Habiendo diferentes modelos cuya única diferencia era el número de slots y en menor caso, la compatibilidad, el adaptador se convirtió en un periférico de obligada compra para todo aquel que quisiese disfrutar de videojuegos de importación. Dicho adaptador tenía dos únicas funciones, por un lado cambiar a nuestro formato PAL los videojuegos importados y en caso de que estos fuesen americanos, los cuales tenía una forma distinta que los europeos o japoneses, poder conectarlos al periférico. Así de simple, conectabas un cartucho europeo en un slot y en el otro, el juego importado al que querías jugar y se acababan los problemas…
Eran otros tiempos, éramos más jóvenes y todo se vivía con más intensidad. La importación ha mejorado y evolucionado mucho en estos años, ya no compramos por el factor tiempo, si no por el factor económico, nos sale más barato adquirir un juego desde Inglaterra que comprarlo en El Corte Ingles, pero todos los que vivisteis esa maravillosa época, no me podréis negar que el encanto de ir a tu tienda de videojuegos favorita con la hucha recién vaciada, y decirle al dependiente de siempre, “¡Fede! Hoy sí que me lo llevo”, no tiene ni precio, ni comparación con importar a golpe de clicks y tarjetas de crédito…
Más que encanto, era el placer de los desconocido xD
Yo a japon nunca llegue, de hecho nunca es un mercado que me haya llamado, siempre he sido más «paleto» y algo yanki, pero desde luego recuerdo las horas que me tire dando vueltas por mi ciudad natal buscando el Mighty Final Fight… para nada, encima no lo pelí a alemania porque «ese jodería la consola».
Eramos tan ilusos como felices.
Aquí en latino américa, recuerdo que una revista mexicana (Club Nintendo), de algún modo gestionó la llegada a la región en formato NTSC (americano) el Dragon Ball Z Shin Butouden 2 en ingles, como también trajeron Internacional Super Star Soccer (Jikkyō World Soccer: Perfect Eleven) y su secuela Deluxe pero luego, nada mas llego de allí. Sin embargo recuerdo haber rentado el Dragon Ball Z Shin Butouden 3 que tenía a Gothen y Trunks en la tapa con Majin Boo de fondo… llegado a mi pais entre otros juegos seguramente por nuestra «permeable» aduana.
Dios, ¡Que recuerdos!¡Acabas de retrotraerme a mi adolescencia!
Me acuerdo perfectamente cuando mi padre me compró la Super Nintendo y al mes siguiente, con todos los ahorros del año, compre el Dragon Ball Z Butohden. Simplemente fuí EL REY del barrio durante meses, hasta que apareció el Butohden 2 y se nos calleron los ojos al suelo. ¡Era impresionante!
Tambien me acuerdo de lo que me reí de un amigo cuando pagó 24.000 ptas por un juego de ROL que, en palabras del grupo de amigos entre los que me incluyo, no conocía ni el tato. Ese juego era Chrono Trigger, y de que forma nos cayó la boca a todos, ¡Menuda obra maestra!
El último juego que llegamos a importar en mi grupo de amiguetes fue el Dragon Ball Z Hyper Dimension, previo desembolso de ¿30.000 ptas? (no lo recuerdo exactamente), para que encima no funcionara bien con el adaptador que mi colega tenía. Tuve que regalarle el mío para que pudiera jugar, y aun así no nos dejó una buena impresión.
Venga chavales, ¿Que habéis importado vosotros? ¡Quiero oir vuestras batallitas!
Super Nintendo fué la consola que compré con más ilusión y, sobre todo, con ahorros. Me compré el adaptador de juegos Honey Bee, y cuando me compré el DBZ3 me decía que sólo para consolas japonesas. Estaba arto de comprar con miedo para ver, nuevamente que algún título no me iba a funcionar y entonces… ¡Me compré de importación la Super Famicom y la Super Nintendo Americana! ¡Se acabaron los problemas! 😀
Mi primer juego que compré por importación fué el Gain Ground para Master System. Me lo regaló mi tio para reyes, se lo dejé a un amigo, y al dejarlo en el coche éste se deformó, aunque me cargué la carcasa (quedandome con la placa del juego) (faltó nada para romperla), decidí mirar por primera vez en Ebay, no había ninguno excepto en Gran Bretaña, así que me animé, me lo compré (me salió caro) y así pude tenerlo nuevamente ya que allí también es PAL. Esa fué mi primer experiencia.
Excelente articulo me gusto muchisimo de echo yo tube el gusto de jugar el SMB3 en formato japones en 1987 cuando aun no salia aqui en America (salio en 1988), Yo tengo el DBZ 2 de SNES, ese que aprece en las primeras imagenes, lo tengo con la carcasa Americana pero todo viene en japones, menos mals que todos nos sabemos esa historia de cel.
Yo recuerdo que me compre el Ranma 1/2 porque me gustaba la serie, pero por alguna razon lo devolvi junto con el adaptador y me agencie el Mortal Kombat II que era mucho mejor. Sin duda el mejor recuerdo fue cuando mi mejor amigo compro el Earthbound por unas 20.000 pesetas, el cual guardaba como el objeto mas preciado que se pudiera tener.
Os habéis fijado que la mayoría de los juegos hoy en día son de los más buscados? xD
Pues sí Kaiser-77. Yo pienso, al menos por mi experiencia, que hoy en día hay grandes títulos, muy buenos si, pero necesitas muchísimas horas para exprimirlo, y hoy por hoy no las tenemos por muchas razones.
Los gamers buscamos aquella imaginación y forma de sorprender que había en los 80-90 y que hoy carecen los títulos, jugar a un gran juego sin «alardes» técnicos y rápido juego. Por eso todos volvemos a aquellos títulos de NES, Master System, Super Nes, etc.. por citar algunas,… las compañías lo saben (no son tontas) y relanzan en descarga sus viejos títulos, sin darse cuenta que sólo se han centrado en experimentar y aplicar gráficos ultrareales sin pesar si un juego como Shadow Warrios (ejemplo) con sus gráficos de antaño, divertía mucho más que ahora con nuestras «grandes» consolas. Han perdido la esencia de crear juego y sólo en lo que vende bien. Así, nuevamente estancados, pero gracias a Dios, tenemos internet y compras en tiendas (incluidas importación) donde podemos hacernos con la magia e ilusión de entonces en tiempos «modernos».
Es que antes se hacia un juego para jugar solo y aprovecharlo, ahora se pone un online y a adiós.
Yo suelo jugar mucho al supcom y sinceramente.. muchas veces me pregunto: ¿y ahora qué?
Y os habeis fijado también que además de ser los más buscados son los más caros y que 15 años despues pagamos casi lo mismo por una versión Pal Esp? curioso este pais el nuestro…
No pude evitar un frikigasm con la foto del Final Fantasy IV, vaya que si me encanto ese juego. Buen articulo!
Me ha tocado la fibra este artículo ,no era raro pagar de 15 a 20 mil pelas por los juegos de importación ,y me dediqué a los rpgs de Square en SNES , me dejé una fortuna con Breath of fire, Final fantasy III (el americano ),Secret of mana y Chrono trigger americanos,con diccionario de inglés en mano ,adaptador y tele de 20 pulgadas he pasado momentos únicos