Ejem. El videojuego Mercenaries 2: World in Flames, cuya acción se sitúa en Venezuela, ha sido acusado de herramienta propagandística por parte de políticos y periodistas de este país.
Los protagonistas son tres mercenarios: el sueco Mattias Nilsson (a quien podéis ver en la portada), el norteamericano Christopher Jacobs y la chino-británica Jennifer Mui. A lo largo de la aventura se les unirán otros personajes como un piloto de bombarderos ruso, una mecánica venezolana, etc.
La historia comienza con Ramón Solano, un hombre de negocios que contrata a los mercenarios para rescatar a un general llamado Carmona, quien había fallado en su intento de golpe de Estado en Venezuela. Tras el rescate de Carmona, Solano traicionará a los mercenarios e intentará asesinarlos, pero éstos consiguen huir y juran volver para vengarse. Hay que aclarar en este punto que el mercenario traicionado es aquel que el jugador escoja entre los tres personajes, mientras que los dos restantes simplemente le ayudarán en su venganza.
Con Carmona y su ejército disponibles, Ramón Solano derroca al gobierno venezolano y se hace con el poder. Poco después altera el flujo del petróleo para encarecerlo, debilitar a sus enemigos y fortalecer su posición. Esto provoca una intervención internacional en la que participarán varias facciones:
- Universal Petroleum: una compañía petrolera apoyada por Estados Unidos que posee su propio ejército
- Las Naciones Aliadas (una imitación de las Naciones Unidas), que parecen servir los intereses de las potencias occidentales, aunque entre sus miembros se encuentren Rusia y China.
- El Ejército de Liberación Popular de China: aunque China forma parte de las Naciones Aliadas, también interviene de forma independiente.
Junto a estas tres encontramos a los Piratas Jamaicanos, al Ejército de Liberación Popular de Venezuela (enfrentado a Solano y Carmona), y por supuesto a los golpistas que se han hecho con el poder.
El jugador buscará alianzas con las distintas facciones (salvo los golpistas) para acercarse a su objetivo y consumar la venganza, ganando dinero en el proceso.
Ahora que tenemos la sinopsis clara, lo que hay que discutir es si efectivamente se trata de un juego que sigue el patrón propagandístico de ciertas películas y videojuegos estadounidenses, o si por el contrario Pandemic, estudio que creó este título, lo “único” que pretende es explotar la tensión política entre Estados Unidos y Venezuela para generar ventas. Quizá no se trate de ninguna de las dos cosas, ya me diréis, pero voy a desglosar aquí los argumentos que nos pueden hacer pensar en una dirección o en otra.
Es propaganda política:
- Teniendo en cuenta la enemistad entre Estados Unidos y Venezuela, el que un estudio norteamericano realice un juego que retrate una intervención internacional en este último país es, cuanto menos, sospechoso. Si una compañía venezolana hubiera creado un videojuego donde la misión fuera derrocar a un dictador estadounidense, quizá lo veríamos con otros ojos.
- Como parte de las misiones, los jugadores tendrán que destruir y bombardear numerosos lugares en Venezuela. Una de las frases más repetidas por Electronic Arts (compañía a la que pertenece el estudio Pandemic) es que se trata de “una Venezuela completamente destruible“.
- Pandemic es responsable del título Full Spectrum Warrior, diseñado originalmente para el adiestramiento militar en el ejército de Estados Unidos. Es decir, Pandemic ha trabajado para el gobierno de este país anteriormente.
- El corte del suministro petrolífero por parte de Venezuela, que provoca la intervención internacional en el videojuego, es un movimiento que realmente se ha temido desde Estados Unidos, entre otros países. El juego podría estar advirtiendo a Venezuela de las consecuencias que tendría tal medida.
Añado las declaraciones de Chuck Kaufman, miembro de la Alianza para la Justicia Global y videojugador habitual declarado:
“Este juego glorifica el odio y la cultura mercenaria del chantaje entre otras, como el “derecho” de los Estados Unidos a intervenir militarmente en los países” (…) “ninguno debería comprar este juego. Especialmente, desde que se supo que la productora Pandemic Studios crea juegos para entrenamiento militar de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) y el ejército estadounidense” (…).”Pandemics está asociada con la guerra; esto es más que “ficción”.
No es propaganda política:
- Los mercenarios y sus aliados forman un grupo diverso, entre los que se encuentran algunos personajes venezolanos como la mecánica. Además, carecen de ideales políticos: se mueven guiados sólo por el dinero y la venganza. De ahí que ayuden a Solano a tomar Venezuela y luego intenten asesinarlo.
- Ramón Solano es muy diferente de Hugo Chávez, ya que el primero es un hombre de negocios claramente alineado con los ideales capitalistas. De hecho, su golpe de Estado recuerda más al ocurrido en 2002 y que sólo duró un día. A este golpe (o vacío de poder, dependiendo a quien pregunte uno) se le conoce como “el Carmonazo“, debido al apellido de su efímero presidente. Carmona era un hombre de negocios, como el villano del videojuego Ramón Solano, y es significativo que el ficticio general con quien Solano conspira para hacerse con el poder en el videojuego también se llame Carmona. Recordemos que en su momento se acusó a Estados Unidos de estar tras ”el Carmonazo”.
- Los jugadores pueden aliarse al Ejército de Liberación Popular de Venezuela, una guerrilla de claro corte izquierdista que pretende derrocar a los golpistas. Su líder se refiere a Solano y a otras potencias como “capitalistas” o “imperialistas”.
Finalmente, añado las declaraciones de Pandemic:
Es una práctica común en la industria del entretenimiento, tanto en las películas como en los videojuegos, situar historias ficticias en lugares reales (…). Aunque ciertamente esperamos que Mercenaries aumente el nivel de adrenalina, si alguien quiere experimentar o aprender más sobre el mundo real, le recomendamos un libro de historia.
Las cartas están sobre la mesa. ¿Se trata de propaganda política? ¿es sólo una forma de aprovechar la controversia para generar ventas? ¿hablamos de otra cosa? Espero vuestras opiniones.
Web del autor: Videojuegos y Sociedad