El otro día estaba hablando con un amigo sobre como han cambiado las cosas en los últimos años, salió el tema de los videojuegos, concretamente lo referido a los videojuegos violentos y el control que hay sobre ellos.
Para controlar esto tenemos al PEGI, que es el método de regulación que se usa en la Unión Europea para poder controlar los diferentes tipos de juego y sus contenidos. Se puede decir que hace con los videojuegos lo mismo que el Ministerio de “Cultura” con las películas pero sin ser obligatorio. Os podría explicar más pero lo podéis ver en su web y en la wikipedia con más detalle.
El fin de este artículo no es decir si es bueno o malo, sino ver realmente sus funciones y atribuciones.
¿Es obligatorio?
NO. Aquí entra mi primera duda, si es tan importante decir de que va un juego, porque se le vende a los niños juegos como el GTA, el doom y el Bully (gran juego aunque haya pasado desapercibido). ¿Quién no ha visto al típico niño de 9 años comprando el GTA porque sale en la TV?
Y antes de que diga algún vendedor: “Yo sólo vendo a padres”, yo le pregunto ¿El padre sabe que está comprando?
Lo único bueno de esto es que no acabarán censurando juegos por su contenido, como en el caso del Manhunt 2, del Gears of War 2 en Alemania y Japón y el famoso caso del Killer Instinct en Alemania.
¿Es necesario?
Pues pienso que sí, las razones son simples: Más autocontrol, más información sobre los juegos…
Si volvemos a los años 80-90, en los segunda generación de consolas y tercera generación de consolas, el termino violencia eran cuatro cuadrados rojos con cuatro más con forma de cabeza pero hoy por hoy se pueden ver imágenes que rozan la realidad, haciendo que algunas cosas no sean para niños. Una vez dicho esto me pregunto otra vez: ¿Dónde están los padres?
Si un padre no sabe de la consola, el autocontrol y todo eso de lo que se habla no servirá de nada. Se podrá ver a cualquier menor de edad, jugando a lo que quiera. A un niño hay que hacerle comprender que lo que ve no son más que imágenes creadas por una máquina.
Mi Conclusión
Este sistema de autocontrol, como otros muchos, en la teoría, son perfectos pero en la práctica son una tontearía, y no es más que otro invento de como una empresa (o asociación de empresas) hace una tarea que corresponde a los padres.
Tal como esta planteada y bajo mi punto de vista, o se pasa al decir para que edad es cada juego, o se queda muy corto al no ser obligatorio su cumplimiento.
Este cumplimiento no es sólo de la tienda como a muchos les gusta decir, es de la tienda por no decirlo y de los padres por comprarlos. De poco sirve si una empresa censura elementos considerados muy violentos -desmembramiento, como en el Soldier of fortune, (contenido que hecho de menos, ya que aportaba un realismo y una gran ambientación)-. La clave debe estar por tanto en explicar a los niños que lo que se ve es violento, y que dista mucho de ser divertido, eso es más importante aún que poner una simple etiqueta con un número en la carátula del juego.
Web del autor: Kaiserland77