Últimamente no cesamos de ser bombardeados con publicidad de videojuegos en 3D, televisiones, la futura actualización de Sony para PS3 que posibilitará ver juegos en 3D, la 3DS,… La última moda, el último grito, el futuro de los videojuegos…
No deja ser gracioso que cualquier intento que ha existido de trascender la naturaleza del videojuego ha acabado en un estrepitoso fracaso. Es digamos como pretender lograr la evolución del mono a hombre cambiando en una semana de forma manual todo su sistema genético. Primero, ya conocemos que la evolución mediante la selección natural lleva un tiempo de dimensiones casi geológicas (que en los videojuegos se convierte en sólo décadas, pero no deja de ser un tiempo proporcionalmente elevado) y segundo, que lo que pretendemos obtener por estos sistemas “acelerados” no es entonces un mono, es otra cosa. ¿Estamos evolucionando el videojuego o convirtiéndolo en algo distinto?
Cosas que SON un videojuego, porque así fue creado y denominado:
– Una pantalla para visualizar, que es un elemento en 2D aunque refleje cosas con polígonos en 3D
– Un sistema de entrada o mando: desde los del PONG con su mando analógico hasta los acelerómetros de Wii.
– Una consola con chips, emisores de señales de video que se conectan a la pantalla, un soporte (físico o no) que contiene el juego en sí.
Cosas que NO SON un videojuego (ni peores ni mejores, son otra cosa):
– Sistemas 3D reales simulados con gafas o con cascos o con visores. ¿Realidad Virtual? ¿Simulación de la realidad?
– Sistemas de juego con partes mecánicas integradas, o con pantallas de cristal líquido o similares. ¿Juegos Electrónicos?
– Aplicaciones para móvil a modo de pseudojuego incontrolable. ¿Pasatiempo?
– Minijuegos a lo Facebook. ¿Idem, pasatiempos “sociales” a compartir, revivals cutres?
Comenzamos a llamar “evolución” a nuevas formas de juego que se salen de lo que entendemos como videojuego tal y como fue definido. Veamos otras “artes” o disciplinas:
– El cine, ya sea en color o blanco y negro siempre ha sido lo mismo: una proyección en un soporte plano en 2D, y ha sido así durante más de 100 años. Ha evolucionado la técnica que lo hace posible, pero no su realidad en sí. Los intentos por llevar las 3D al cine han fracasado en los 60 y lo volverán a hacer ahora, porque no deja de ser anecdótico y violenta la verdadera esencia y formato del cine. Si las 3D se impusieran, entonces no hablemos ya de cine, será otra cosa y estaría bien cambiarle de paso el nombre.
– Los edificios, la arquitectura: ¡5000 años después siguen siendo en esencia lo mismo! Espacio confinado por paredes y techos, y modelado por la luz. Cambia la tecnología de construcción, materiales, instalaciones… pero en esencia, es lo mismo.
– La música es obvio: variarán los soportes y el tipo de música, pero lo que es todo el mundo lo tiene claro.
– La pintura: yo puedo concebir un cuadro “digital”, que en todo caso ya se sale del campo de la pintura y pasa a denominarse “ilustración digital”, por ejemplo. ¿Pero un cuadro en 3D? Entonces, amigo, ya no es pintura tal y como siempre lo ha sido desde Atapuerca (que lo que más se acercaba a las 3D era en usar conscientemente relieves de la roca y texturas naturales).
– La escultura: a lo mejor concebimos los deshechos de un coche destrozado como una escultura, ahí no me meto, pero creo que nadie concibe una escultura al revés, es decir, en 2D…
Por tanto: ¿Qué está haciendo la industria del videojuego? ¿Qué es esa supuesta evolución que nos quiere vender? ¿Desarrollar la técnica hasta imitar la realidad perfectamente? Eso en todo caso será un logro técnico, pero no una evolución del videojuego, para eso ya tengo la propia realidad, más interesante y completa. ¿Sumergirme en un mundo 3D? Pues entonces no me hable más de videojuegos, hábleme de realidad alternativa.
Una de las polémicas con las 3D es el daño que supuestamente hace a la vista, y yo creo que es más una resistencia natural de nuestra biología a vivir unas imperfectas y chapuceras tres dimensiones para las cuales no hemos sido diseñados. Los ojos deben captar la realidad para que podamos sobrevivir, y nuestro cerebro las distingue muy bien de las 2D que captamos en una pantalla (aunque a su vez nos muestre un entorno 3D de polígonos). Ahora bien, si entramos en el terreno de confundir nuestra mente con unas 3D falsas, no vamos a conseguir que nuestro cerebro se salte 300.000 años de evolución y se quede tan fresco: lo confundimos, le mandamos señales que hacen que nuestro cerebro reaccione a estímulos ficticios que no podemos controlar conscientemente. Eso está bien como espectáculo lúdico puntual, pero no como estándar perdurable. ¿Y encima tengo que usar unas gafas? No, gracias.
Mi predicción es que el experimento de las 3D va a durar poco. Y que la 3DS va a ser un triunfo sin precedentes, va a arrasar como ninguna consola lo ha hecho, Nintendo ha dado en el clavo… Pero estoy seguro de que el 80 % del tiempo vamos a estar jugando sin las 3D activadas. Porque va a ser insoportable aguantar más de unas cuantas horas con ese estrés cerebral. Y si no, al tiempo.
Así que evolucionemos el videojuego, pero creo que la industria no está muy orientada. No va la cosa por tecnologías “espectáculo”, ni por los fuegos artificiales, y tal vez no deba ir por ningún lado en concreto, porque a lo mejor no hay ningún problema que resolver. La Wii está más acertada en sus nuevos planteamientos, pero parece que no ha continuado con su progresión. Move y Kinect es más de lo mismo, y experimentos como Milo ya ha habido quien claramente afirma que no son videojuegos sino otra cosa: Molineux acertadamente lo denomina”truco”. Un arte como el videojuego no se evoluciona a base de “trucos”, y las 3D es sin duda el mayor de ellos. No parece tampoco que las miniaplicaciones tipo Facebook o cosas poco dignas de Apple sean el camino aunque se apuntan buenas cosas. No estoy seguro si es un videojuego mover un iPad para guiar una bolita, eso ya se hacía con antiguos jueguecitos de madera en el Parque de Atracciones y convendremos en que no hablábamos de un videojuego.
Recuerdo que hace 20 años pude asistir a una demostración en una carpa de una máquina arcade “Virtuality”, que utilizaba en el fondo la capacidad de un Amiga sofisticado unido a unas gafas estereoscópicas de “realidad virtual”. No se trataba de un juego en sí sino de una demo en la que partías de un hangar con tu nave espacial y salías al espacio para atajar un ataque alienígena. Podías disparar, esquivar, maniobrar… Desde luego era vistoso, curioso, no funcionaba mal… Pero era un pequeño espectáculo de atracción, no algo que uno se llevaría a casa o en lo que se gastaría el sueldo del mes en un salón recreativo, era demasiado “complicado”. Ahora no lo es tanto, pero para lograr un efecto de inmersión similar tendrías que usar el mismo tipo de gafas, que por otro lado existen hace tiempo: y no he visto que hayan tenido un boom de ventas espectacular que digamos. Nintendo seguramente sabe mucho de esto por su Virtual Boy y odia a muerte cualquier periférico de este estilo.
Nos empeñamos en evolucionar el videojuego hacia otra cosa, pero es que a lo mejor no le hace falta. Lo que hace falta es mayor naturalidad. Y buenas ideas. Señores de la industria, dejen de pensar sólo en el dinero y recuperen una buena costumbre: la de pensar usando el sentido común. Darwin hará el resto.
Web del autor: JMV
Lo que hay que hacer es sacar buenos videojuegos. Pero no, eso a ellos les da lo mismo. Lo que quieren es vender, y que mejor que aprovecharse de la ignorancia de la masa para vender cualquier mierda con la excusa de la novedad y la revolucion. Cuando se den cuenta de que estan comprando humo, sacan otra revolucion y a volver a hacer negocio.
Si señor, esa es la conclusión.
Me ha gustado mucho este artículo. No sé si las tres dimensiones serán una moda pasajera o no, pero no sería de extrañar en absoluto.
Creo que los videojuegos deberían seguir el modelo de las series de televisión. Si uno ve The Wire, Mad Men, Dexter o Breaking Bad, se da cuenta de que los valores de producción han aumentado con respecto a los años 80. Pero lo que realmente está convirtiendo a estas series en obras superiores a las de hace 20 o incluso 10 años es su contenido.
La industria del videojuego está obsesionada con los valores de producción (más potencia y fuegos artificiales), pero parecen estar olvidando que lo importante es el contenido.