Continuamos con la traducción de la entrevista realizada por el Sr. Itoi al maestro Miyamoto, con motivo del 25º aniversario del “Super Mario Bros.”, para todos los que no hayáis leído la primera parte, os recomendamos encarecidamente que lo hagáis antes de continuar.
En esta segunda parte de una entrevista totalmente atípica, Itoi y Miyamoto conversan sobre las fases previas de desarrollo, de una forma totalmente personal y ayudándonos a entender un poco más, como funciona la mente de uno de los mayores genios de los videojuegos.
Itoi: Cuando se produce un juego, hay muchísima gente implicada en él. Aumenta el número de gente que intenta simplemente dar su opinión y se vuelve todo más complejo. La cantidad de gente que está obsesionada con la calidad y que se limita a pensar negativamente es enorme, y aunque está bien que quieran dar consejos, da la sensación de que quieren interferir. Cuando comienza a pasar, pienso en que se tendría que pensar todo como si se organizara una ceremonia de boda: buscar el sitio, dónde se va a sentar cada uno de los invitados, el recuerdo que vas a regalar… todo es muy complicado cuando realmente la cuestión es simplísima “se casan o no se casan”.
Miyamoto: Si, si (risas)
Itoi: Cuando comienzan con el “esto no me gusta, esto tampoco…” y al final te hartas y dices “¿entonces qué narices hacemos?”. El que busca en recomenzar, es el que encuentra la salida a todo esto, no crees?
Miyamoto: Si, cierto.
Itoi: En serio, en serio… hay mucha gente que se instala en el “No” y de ahí no se mueve. Hay mucha gente que hace eso, y eso supone retrasarse… Eso es como el que busca que alguien le quiera?, por ejemplo piensan… “Ya vendrá Miyamoto o alguien y hará algo para arreglarlo”.
Miyamoto: No quieren que se les diga “Pues ahora no nos casamos”. Lo normal y lógico es casarse cuando ya lo tienes decidido.
Itoi: En este tipo de problemas, que es lo que tiendes a hacer?
Miyamoto: Cuando es un problema que no tiene pinta de resolverse, recurro al razonamiento extremado. “¿Entonces hacemos lo otro que teníamos pensado?”. No tenemos más remedio que optar por otro plan. Por supuesto, progresar en equipo.
Itoi: Cuando tomas esa decisión en lo más profundo de tu corazón estás considerablemente enfadado, verdad? (risas)
Miyamoto: (carcajadas)
Itoi: Eso debe de ser un gran problema. Una crisis difícil de abordar.
Miyamoto: Pues sí, mucho.
Itoi: Para poder encontrar la salida, a veces aunque no quieras tienes que ponerte un poco violento. Por ejemplo, si sales a comer con los amigos y cada uno quiere comer algo distinto y no os decidís por nada en concreto, si hubiera alguien que se impusiera y dijera “Pues hoy vamos a comer esto porque lo digo yo”, no habría problemas, no? Ese que se impone no es que sea un egoísta ni nada de eso, simplemente gracias a su decisión ha conseguido que todo el grupo se mueva al unísono.
Miyamoto: Para serte sincero, yo cuando voy a comer con alguien soy de lo peor… si me preguntan “¿qué comemos?”, siempre contesto “lo que quieras, elige tú” acto seguido cuando la otra persona por ejemplo dice “pues comemos tempura”, soy el típico que contesta “uff, ¿tempura? (risas)… pero eso significa que estoy meditando sobre ello (risas)
Itoi: Ese Miyamoto no mola (risas). A propósito de esto, mi esposa es igual… “Elige tú”… “Uff… ¿Tempura…? (carcajadas)
Itoi: Volvamos a cuando Gunpei Yokoi te dijo eso de “eres un tipo negativo”… al sentirte herido por tal comentario, ¿cambiaste?
Miyamoto: No, no cambié. En ese momento la situación era distinta. No formábamos parte del mismo equipo. ¿Cómo decirlo…? Ese comentario se dio cuando un día debatíamos sobre un objetivo que sobre el que habíamos pensado separadamente. Lo que me dijo el señor Yokoi no era más que la pura realidad. Como ya dije, es parte de mi naturaleza: soy de los que se toman más en serio los “noes”. Fui consciente de ello cuando él me lo dijo.
Itoi: Ah, no es un punto débil sino una predisposición…
Miyamoto: Es ese tipo de manera de pensar… “Si hago esto pasará tal… si hago lo otro pasará tal otra cosa…” acabo imaginando siempre las peores consecuencias que podrían llevarse a cabo al tomar cierta decisión.
Itoi: Eso es lo que se le pide a un líder, no?
Miyamoto: Eso es. Usas tu talento, y cuanto más pesada es la responsabilidad de las decisiones que tomas, eres más capaz de juzgar con precisión si una decisión es fatal o un riesgo asumible.
Itoi: Te vuelves capaz de aplicar un rango de influencia e importancia en las cosas negativas. Eso es importante, no?
Miyamoto: Es muy importante. Cuando llegas a ese punto, puedes tomar decisiones muy claras. Si uno reflexiona sobre por qué la idea que ha pensado uno mismo no vale y se ordena todo en el cerebro, es capaz de entender muchas cosas y podrá utilizarlo en algún momento.
Itoi: Entoces pensar “Bah, esto no vale para nada” y abandonar el razonamiento no sirve para nada, no?
Miyamoto: Así no puedes avanzar. Antes decía siempre “las ideas las guardo en un cajón”, pero últimamente pienso “guardo en un cajón las ideas que no valían con una etiqueta en la que está escrita la razón por la que no valían.
Itoi: El cajón del veneno!
Miyamoto: Si! (risas)
Itoi: Eso lo entiendo muy, muy bien.
Miyamoto: Cuando tienes un montón de esas ideas, llega un momento en el que esas etiquetas se despegan. “Ah, ahora sirve porque las reglas son diferentes”, “al mediodía no se podía pero ahora que es de noche sí”. El señor Iwata me suele decir: “esas ideas se convertirán en los juegos que harás dentro de 10 años”.
Itoi: ¿Como por ejemplo, los Miis?
Miyamoto: Eso es. Llevaba muchísimo tiempo queriendo poder hacer un juego en el que fuese posible utilizar la imagen de uno mismo. Lo intenté un montón de veces pero no lo conseguía, así que le puse en múltiples ocasiones la etiqueta de “no vale”, pero al fin llegó el día en el que pude hacerlo. Las razones de “por qué no” siempre están rondando por mi cabeza y esos pensamientos están siempre conectados. Por eso muchas veces me doy cuenta de cuando la etiqueta se despega, y con el subidón de haber podido despegar esa etiqueta puedes despegar más.
Itoi: Aunque hayan algunos puntos débiles, siempre aparece un signo que te ayude a decir “¡Vamos!”, no?
Miyamoto: Los hay.
Web del autor: Irasshaimase!
Qué peculiares son las entrevistas a japoneses, nada que ver con lo que solemos ver por aquí en el Marca o en Don Balón.