Arqueología digital: El Enterprise 64/128

Guiados por viejas leyendas y consagrados mitos de las lejanas tierras húngaras, los cuales nos hablan de un poderoso ordenador que llegó desde las húmedas islas de Gran Bretaña, hace ya más de cinco lustros, parte del equipo de Infoconsolas se ha desplazado hasta la mismísima Hungría, para buscar pruebas de esta supuesta pieza de coleccionista.

Porque no sólo de Spectrum vive el hombre. Muchos son los ordenadores que convivieron con la maquina de Sinclair y pocos los que pudieron hacerle sombra, siendo estos posiblemente, los más interesantes y desconocidos. En nuestro particular trabajo como arqueólogos digitales, hoy hemos escogido centrar nuestros esfuerzos en homenajear al desconocido ordenador de 8 bits Enterprise 64/128 (sus dos versiones dependiendo del RAM), una maquina mucho más potente que sus contemporáneos de éxito comercial, la cual acabó siendo relegada al mercado húngaro, lugar desde donde os escribimos estas líneas.

Como podéis observar en la imagen superior, ahí estamos El Duque Esputo (un reconocido estudioso de la cultura y tradiciones húngaras) y un servidor, consultando a los habitantes de un remoto pueblo de las montañas húngaras acerca del ordenador Enterprise 64/128. Expuesta ya la evidencia, pasemos a lo importante…

En los inicios de la década de los años 80’, en plena época de los microordenadores, con un Spectrum recién salido del horno y cosechando un notable éxito en el continente europeo, siendo Gran Bretaña su máximo exponente, una compañía de Hong Kong llamada Locumals (o Locumax según fuente), decide adentrarse en el incipiente mercado de los ordenadores domésticos, encargando en 1982 a la joven empresa Intelligent Software (fundada en 1981), el desarrollo de su propio ordenador.

Intelligent Software, capitaneada por el jugador internacional de ajedrez David Levy, decide optar como estrategia de mercado por desbancar a la competencia en base a una potencia muy superior, siendo esta una buena estrategia teórica pero muy difícil de llevar a la práctica, ya que requiere de un tiempo de desarrollo mucho mayor.

Dos ejemplos de lo expuesto en el anterior párrafo son por un lado las dificultades que tuvieron con el chip de sonido, el cual supuso una demora en la fecha de lanzamiento y en menor medida, los diferentes nombres internos y externos por los que pasó el Enterprise: DPC (Damp Proof Course), Elan, Samurai, Lansay, Oscar, Flan y finalmente, Enterprise. Siendo sustituidos periódicamente ya que, o estaban registrados previamente o sencillamente no sonaban bien comercialmente hablando.

De esta forma, en septiembre de 1983 el Enterprise es anunciado oficialmente en rueda de prensa en sus diferentes versiones (64 y 128), aunque su salida se retraso hasta abril de 1984, momento en el que el ordenador ya podía ser encargado. El Enterprise 64/128 era un ordenador muy prometedor para la época, tanto en prestaciones como en diseño, por lo que a pesar de no tener una gran campaña publicitaria, fue bien recibido por la prensa especializada y los usuarios. Se puede afirmar que había una expectación considerable con este ordenador, reservándose desde su lanzamiento 80.000 unidades aproximadamente (por parte de comercios y cadenas)…

 

El problema que tuvieron o mejor dicho, el gigantesco fallo garrafal fue que estas 80.000 unidades prevendidas no fueron entregadas en su mayoría hasta febrero de 1985, provocando la ira de sus clientes y echando a perder la campaña navideña de 1984. De esta forma, el Enterprise y sus responsables perdieron prácticamente toda su credibilidad y lo más importante, hablando en llano, se les pasó el arroz.

Es curioso como en el periodo de un año, lo que era un producto puntero se podía convertir en un producto “a secas”, pero cabe recordar que por esos años la industria de la informática estaba en continua evolución y el ritmo de producción, era como mínimo frenético. Para desgracia del Enterprise 64/128, en 1984 un duro y nuevo competidor fue lanzado, el conocido Amstrad CPC 464, el cual curiosamente presentaba un teclado demasiado “similar” al Enterprise anunciado en 1983. El Amstrad CPC 464 era menos potente que el Enterprise, pero también era más barato e incluía una grabadora de casete y el clásico monitor de fósforo verde, que tan buen labor hizo por los oftalmólogos de media Europa. En el caso del año de su llegada real al mercado (1985), las cosas se pusieron mucho más difíciles todavía, ya que además de un consagrado Amstrad CPC surgieron los potentes Apple (Mac), Atari ST y Amiga

Por si esto fuera poco, una de las promesas antes de su lanzamiento era la de acompañar la salida con 100 programas (teóricamente gran parte de ellos videojuegos), para ello crearon a imagen y semejanza de AMSOFT su propio estudio de programación, ENTERSOFT. La idea era tener una base de programas hasta que el resto de estudios desarrollasen sus propios juegos o programas. ENTERSOFT realizó diferentes títulos para el Enterprise 64/128, pero el resto de compañías estaban demasiado ocupadas en la batalla entre los ordenadores Sinclair, Amstrad y Commodore… El Enterprise 64/128 tampoco cumplió en este sentido.

Si unimos los puntos anteriores con el resto de circunstancias, es decir, falta de software, mercado copado, poca publicidad, competencia más económica, retrasos y escasa credibilidad, el resultado es… ¡Un autentico fracaso! Las 80.000 unidades que fueron fabricadas fueron las primeras y últimas, quedando una gran mayoría de estas en el limbo ya que al ser recibidas por los comercios, eran directamente denegadas o no se vendían.

Que un ordenador en los años 80’ no triunfase no es nada anormal, si no todo lo contrario, fueron muy pocos los que consiguieron un gran éxito y muchas las compañías que lo intentaron. Lo que diferencia al Enterprise 64/128 del resto de los ordenadores que lo intentaron y sucumbieron, es la evidente superioridad en prestaciones y características técnicas que este tenía en el momento de ser lanzado frente a sus competidores más populares:

Gobernado por un  CPU Zilog Z80 A a 4 MHz, contaba con 32 Kb de ROM, el cual incluía el sistema operativo y un procesador de textos. Dependiendo de la versión, el Enterprise contaba con 64 o 128 Kb de RAM, siendo esta memoria ampliable hasta 4 megas (mediante adaptador no oficial). Su chip gráfico le permitía llegar a unas resoluciones de pantalla máximas de 672 x 256 y 672 x 512 dependiendo del modo utilizado, llegando a mostrar 256 colores simultáneos en pantalla de una paleta de 256 (aunque como es normal estas características no son posibles en muchas aplicaciones).

Siguiendo con su chip gráfico, sorprendentemente para esa época era compatible con entradas externas como podía ser una cámara de video, si nos fijamos en su chip de sonido tampoco se queda atrás, con 3 canales de sonido y un cuarto de ruido, contaba con efectos como el de distorsión y 64 niveles de volumen.

Todo esto a nivel interno, a nivel externo el Enterprise 64/128 contaba con puerto de impresora, dos entradas para joystick, salida de monitor, interfaz de casete con posibilidad de conectar unos auriculares estereo, salida de televisor, puerto de expansión y lo más destacable a nivel visual, un mini joystick en vez de cruceta y puerto de cartuchos (con todas las ventajas que teóricamente esto supone), mediante el cual se introducía su cartucho de Basic. No podemos olvidarnos de sus capacidades LAN, hasta 32 unidades podían ser conectadas entre si, aumentando así su potencial de cara a los mercados educativos (la Unión Soviética llegó a comprar 3.000 unidades para este fin).

Como podéis comprobar, aunque en su momento no fuese “exprimida”, el Enterprise 64 era una maquina muy superior a cualquier Spectrum, Amstrad o Commodore de la época…

Referente a sus juegos, debido a la similitud con el Spectrum, muchos de ellos son simples versiones del mismo, ya que la conversión era realmente sencilla de hacer, pero también contó con videojuegos programados únicamente para el Enterprise que aprovechaban de mejor forma su potencial. Aun así, fueron muy pocos los títulos que salieron para el Enterprise, por lo que se llegó a lanzar un periférico el cual era nada más y nada menos que un emulador por hardware del ZX Spectrum, ahí queda eso… El problema de tan atrevido producto –aunque muy común por esos años entre distintos sistemas-, fue su elevado precio, llegando casi a alcanzar el de un Spectrum original.

Hasta aquí hemos visto la supuestamente corta vida comercial del Enterprise 64/128, pero al igual que en la vida, a veces, los mercados también dan segundas oportunidades…

El Enterprise 64/128 fue distribuido por diferentes países como por ejemplo Inglaterra, Alemania, Austria, Suiza o incluso Egipto, teniendo una escasa o nula repercusión y llevando a la compañía a la quiebra, pero como el ave fénix que resurge de sus cenizas, aproximadamente unas 20.000 unidades el Enterprise 64/128 fueron destinadas a Hungría, donde el ordenador por fin, fue bien recibido.

En su gran mayoría los modelos que  llegaron fueron los destinados inicialmente al mercado alemán e inglés, una vez en Hungría los aficionados demostraron todo lo que este “pequeñín” podía hacer y se convirtió en una plataforma muy popular, llegando a existir una gran comunidad de seguidores que aun perdura hoy en día. A nivel comercial, nuevos juegos fueron lanzados por compañías húngaras así como nuevos periféricos. Se puede decir, que el Enterprise 64/128 gozó de una nueva vida ganándose el respeto de miles de usuarios y convirtiéndose en todo un mito.

Al igual que sucede en nuestro país con el Spectrum y otros ordenadores de éxito, el Enterprise sigue vivo hoy en día a nivel de coleccionistas y aficionados a la retroinformática, siendo Hungría la máxima exponente en este sentido y su comunidad de aficionados, quienes mejor saben explotar y valorar todo el potencial que esta desconocida y maravillosa maquina, puede ofrecernos.

Acabamos pues, con este trabajo de arqueología digital habiendo descubierto, no sólo que hay vida más allá del Spectrum, Amstrad y Commodore, algo que todos sabíamos, si no que en ocasiones, hay vida mucho más inteligente que los mismos.

Fuentes: Ep128, Museo8bits (error 404)

4 comentarios en «Arqueología digital: El Enterprise 64/128»

  1. Me gusto ese anuncio donde las maquinas de escribir salen en forma de huesos, así como diciendo que ya eran obsoletas.

    No me toco vivir la época de los ordenadores , pero el articulo e gusto mucho y se ve que el Enterprise si era y es una maravilla, por el juego de Sorcery me doy cuenta que tenia excelentes graficas, me gusto el detalle del agua y del fuego que se mueven.

    Me impresiono ese video donde se muestran fotos no se ven nada mal he, en este momento si a mí me regalaran un ordenador de eso me pongo a usarlo de inmediato siempre he tenido esa espina de querer hacer un juego en Basic.
    Excelente artículo, le doy un 10.

  2. Excelente articulo.Es maravilloso ver joyas que jamas hemos visto u oido y mas fantastisco verlos en acción.Inpresionantes graficos para la epoca y con que soltura y rapidez se mueve el protagonista del juego.Las fotos son una delicia,verlas en este aparato porque nunca crei que se pudieran ver en algo tan antiguo y obsoleto.Que lo disfruten los hungaros ya que lo han sabido valorar,que envidia mas sana me dan.

  3. Yo tengo una como nueva, el problema es que no se ni encenderla. Si alguien me puede ayudar se lo agradeceria!! Porfavor! Enviarme un privado y hablamos, gracias.

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