Como tantas otras veces mientras estoy escribiendo un artículo, un “clic” enciende la bombilla de mis maltrechas neuronas y la clarividencia se abre ante mí. Cierro y dejo el artículo “original” para otro día e inicio rápidamente el nuevo artículo, temeroso por si las musas de la inspiración deciden irse a otro lado.
En esta ocasión el artículo “original” trataba del grato recuerdo que supuso adquirir mi primera consola de sobremesa, pero tras pasar fugazmente por mi cabeza imágenes de una sonrisa de mi hermano pequeño con los mandos en la mano, noches de vicio en compañía e interminables piques con los amigos, uno se da cuenta que la grandeza de los videojuegos no consiste en a qué jugamos, sino con quién jugamos…
Haced la prueba, pensad en vuestros mejores recuerdos relacionados con los videojuegos… Increíbles batallas finales, apoteósicos finales bien merecidos, tardes llenas de magia y continuos retos superados tras mucho esfuerzo, son algunos de los momentos que vendrán de nuevo a vuestras cabezas. Pero, si tuvieseis que escoger unos pocos para que os acompañasen el resto de vuestra vida, ¿con cuáles os quedaríais?
Esta claro que los videojuegos por si solos, son capaces de transportarnos a mundos de fantasía, convertirnos en personajes asombrosos y en definitiva, hacernos pasar un rato sumamente agradable. Al igual que un buen libro o una gran película, los videojuegos consiguen hacernos disfrutar sin necesidad de acompañantes, pero como la mayoría de cosas en esta vida, en compañía todo es mucho mejor.
Aquí podría acabar este artículo si el titulo del mismo fuese “Videojuegos: ¿Con o sin compañía?”. Pero como es evidente, ni ese es el título ni mi intención es la de iniciar dicho debate. Lo que realmente pretendo en estos momentos, es compartir con vosotros algunos de mis mejores momentos de verdad con los videojuegos. Recuerdos que perduraran en mi memoria por muchos años, en los que los videojuegos pasaron a ser testigos, dejando el protagonismo a quien realmente se merece, nosotros:
– Sábado por la mañana, los primeros rayos de sol entran por mi ventana y mi reloj biológico me avisa de que ya llevo casi 10 horas durmiendo. Todavía no tengo consciencia del tiempo y si me preguntan cuantos años tengo, enseñare dubitativamente algunos dedos de mi mano derecha. Voy corriendo hacia el cuarto de mis padres y de camino, doy los buenos días a mi madre que ya está en la cocina, toca despertar a mi padre porque quiero “jugar”…
Ya lo he probado otras veces, se que es cosa de mayores y que a mi madre no le hace mucha gracia, pero a mi me encanta. También se que cada vez que se usa se vuelve a recoger en su caja y esta se guarda en lo alto del armario, me toca pedir, rogar y suplicar a mi padre que se levante y venga a montármelo. Me cuesta entender porqué los mayores son tan perezosos por la mañana, pero tras un buen rato consigo que mi padre monte ese ordenador, le ponga una cinta de las de música y la pantalla empiece a hacer pitidos y colorines.
El tenis, varios de los marcianitos, un astronauta… Mi padre me gana en todos, el escribe en el teclado para poner un juego nuevo, aprieta las letras correctas para volver a empezar a jugar cuando me matan, nos vamos turnando hasta que me deja solo durante un rato y le vuelvo a llamar a los pocos minutos porque me he vuelto a quedar atascado…
Este es uno de mis primeros recuerdos de mi infancia, uno de los pocos recuerdos que mi cerebro decidió no borrar al hacerme más mayor. Y ahí estaban los videojuegos, no son los protagonistas, únicamente son un elemento más dentro de una gran escena, pero ahí estaban.
– Martes por la tarde, llego a casa del colegio y lo primero que hago es mirarme en el espejo: Alto, desgarbado, acné en la cara… La pubertad me está matando.
Mis padres me preguntan por el colegio y mi respuesta es simple: “Bien”. Dejo la maleta en mi habitación y como de costumbre a los dos segundos aparece el “enano”, mi hermano Javier (Xavunis). Le saco siete años y la verdad es que el puñetero se hace querer, pero como hermano mayor entre mimos también me toca ponerme duro, tengo que prepararle para la “dura vida” de los patios del “cole”. Soy un proteccionista.
Como siempre, el “enano” quiere jugar. No ha sido hijo único y está acostumbrado a jugar en compañía. Pongo el Maquina Total III de fondo y le digo que jugaremos al ordenador, un flamante Spectrum +2 situado en mi mesa de estudio, heredero de los 16K y 48K de mi niñez. Sirve para todo menos para estudiar.
Ahora es a mi al que le toca poner la cinta en el ordenador y teclear LOAD “”, las cosas van cambiando. El juego elegido para la ocasión es el increíble Golden Axe, es alucinante lo parecido que es al de la maquina y además podemos jugar los dos a la vez. Enanitos, dragones, pociones y un poco de cuento por mi parte pidiéndole auxilio, hacen que el chaval este inmerso en toda una aventura. Solo por ver esa sonrisa en su cara con un joystick en las manos, hace que merezca la pena no pasar de la tercera fase. Como hermano mayor, me toca salvarle de los peligros y darle cancha, el proteccionismo también llega al mundo virtual.
– Ya ha llegado el verano, mi Vespino es la mejor tarjeta de presentación para las quinceañeras y tras pasar una noche jugando al “durito” con una jarra de cerveza, me vuelvo con mi colega Javi a su casa. Sus padres han salido de fin de semana y tenemos todo lo que queda de noche para viciarnos.
No buscamos multiplayer online ni pantallas partidas, no nos quejamos de bugs ni tenemos que instalar nada. Los dos tenemos la Super Nintendo y hoy toca “rular” juegos y jugar hasta que nos los pasemos. Street Fighter, Killer Instinct, Super Ghost &Goblins, Ranma 1/2, Dragon Ball II… Pique a tope, rabia contenida, coñas y gracietas. Ahí estamos pasando la noche con la tele del salón y tirados en el sofá…
Los videojuegos también están ahí, pero forman parte de un conjunto, de una escena en la que dos chavales se apresuran por hacerse mayores fumando Fortuna, bebiendo cerveza mientras aguantamos el tipo (era agria, de verdad) y compartiendo experiencias monotemáticas de ligoteos o flipándolo con Dragon Ball.
Escenas en fin, que uno recuerda con un absoluto cariño cuando hace unos pocos años le toco hablar el día de su boda…
– Jueves por la tarde, mis padres están viendo la tele y estoy en “su casa” porque todavía no me he decidido a mudarme “del todo” a mi hipotecado piso de soltero. El PES 2012 acaba de salir a la venta y Andrew ha venido para que lo probemos en la Xbox 360. Es una cita anual.
Mi hermano está en la universidad y nos ha pedido que no lo probemos hasta que él llegue, no le haremos ni puñetero caso. Marvin, antiguo “rey” del PES ya destronado en está nueva generación, nos dice que después del gimnasio se viene, este será su PES, su vuelta al juego del grupo por excelencia. En la habitación de al lado, Andrew me dice que si me falta mucho para acabar el artículo, le contesto que no, que ya acabo.
En pocos minutos estaremos poniendo a parir el nuevo sistema de control, los tiros y los regates. Bebiendo una cerveza, hablando del trabajo y preparando planes para este finde. Los videojuegos también estarán ahí, pero como siempre, serán lo menos importante. Me toca ir acabando el post…
Espero que este particular artículo os haya hecho rememorar momentos y situaciones similares que, a pesar de ser lo más importante, quedan escondidas normalmente en la sombra de nuestros recuerdos bajo grandes videojuegos y plataformas. Como decía al principio, lo mejor de los videojuegos no consiste en a qué jugamos, sino con quién jugamos.
Y ahora, me toca publicar y ver que tal es el PES de este año… Que mi hermano está haciendo la compra de picoteo en el Alcampo y Marvin está por llegar. ¡¡Mañana os lo cuento!!
Genial articulo… me recuerda a mi primera vez con frogger, a esos primeros minutos de La pantera rosa… esa vez que vi a mario en la super nintendo de una vecina… esas tardes viciando al sonic con mi madre…
Que jodidamente nostalgico me ha spuesto… me encanta…
Efectivamente, lo has conseguido y me has tocado la fibra sensible.
Echo de menos jugar con mis hermanos, aunque ahora podría hacerlo online, pero no es lo mismo.
Echo de menos cuando el peque nos calentaba al Street Fighter II en la SNES y no entidíamos por qué.
Echo de menos los partidos de FIFA 98, dónde yo era el rival a batir.
Echo de menos Soul River, uno lleva el control, pero tres dirijen la partida.
Echo de menos la busqueda de futuros talentos en Champion Manager.
Son muchos momentos. Grandes todos ellos. Y sí, con videojuegos.
Lo que recuerdo con mas cariño son los piques al goal y world cup, con los colegas, afortunadamente algunos aun seguimos quedando de vez en cuando para viciar, y no solo a los juegos actuales también retro, de hecho yo y un colega estamos haciendo quedadas en mi casa y volviéndonos a acabar el zelda de nes, el primero, y con otro el donkey kong country.
El único problema es que todos tenemos profesiones muy distintas y rara vez podemos coincidir todos, ademas esta el problema de que soy el único que se ha vuelto al pueblo, por lo que yo puedo casi siempre, solo dependo de su regimen de visitas.
Como siempre, muy buen articulo
Emocionante artículo David. La verdad es que también has tocado mi fibrilla sensible. Yo he sido poco de jugar «en grupo» en casa, de hecho siempre he jugado más en modo individual (al Zelda de SNES, por ejemplo), pero nunca se podrá olvidar los piques con los colegas. En especial con uno, que también es muy fan de las consolas de Nintendo (que son las que más han pasado por casa). Por temas de estudios vivimos en ciudades diferentes, pero sin embargo siempre que quedamos hay sitio para «un Mario kart» «un Smash bros» «un Warcraft III» o un «Diablo II» .
Muy bien artículo, y como tu muy bien dices, al final acaba siendo más importante «con quien jugamos» que » a que jugamos».
Vaya me hiciste recordar esas batallas interminables en SFII y TMNT – Tournament Figthers, recuerdo que mi hermano mayor era tan bueno que no le podíamos ganar… aunque ahora que lo pienso no era tan bueno que digamos pues solo aventaba un poder con Ryu(SFII) o Michelangelo(TMNT) y después al saltar en dirección a él nos hacia un soryuken.
Aun así son momentos inolvidables, mi primo aun juega, y mi hermano también pero en menor cantidad, lo malo que ya no nos reunimos para echar la reta, yo de vez en cuando juego con mi hermano menor o mi sobrino (les llevo 20 años) a Mario Kart de NDS… como que este fin de semana se me antoja jugar SFII y recordar los viejos tiempos.
De mis logros más recordados son: 1.- Cuando le gane (me dio chance) en SF1 de Arcade a mi hermano frente a sus compañeros de la secundaria (me sentí el mejor) . 2.- La primer vez que termine Super Mario Bros de NES(casi aviento cuetes de la emoción jaja), 3.- Cuando una vez en SFII jugando con mi hermano Dalshim v.s. Dalshim descubrimos un bug* y 4.- Cuando mire el final de TLoZ– Link´s Awakening, pues me sorprendió ver ese tipo de graficas en el GB (no era muy común) además de la sensación de tristeza al saber que esa isla desaparecería para nunca más regresar.
Me ha encantado como has relatado lo de esa mañana, todo me lo he imaginado escena tras escena y pensé que sería el NES lo que saldría de esa caja, pero no, lo que salió fue un ordenador (nada despreciable) , me ha gustado también la manera en que entrelazas el pasado lejano, el pasado y el presente, simplemente es un artículo que está lleno de remembranzas que hacen que uno se emocione y en el próximo fin de semana (mañana) saque aquella consola empolvada haga una(s) llamada(s), se compre la botana y las sodas y se disponga a revivir aquellos momentos interminables con sus fieles compañeros de juego.
*Si avientas un Yoga Fire a la vez que te quema otro Yoga Fire, el Yoga Fire del que se quemo saldrá rodeado de gráficos basura en color blanco (decíamos que era saliva jaja).
Yo recuerdo cuando mi amigo Tepi (Dani) venía a mi casa con un último juego grabado. El tenía un PC de 640k y el mio era un Amstrad de 512k. Cuando me traía un juego que había sido portado de 3 1/2 a 5 1/4 y funcionaba, lo celebrábamos como una victoria se tratase en un partido de fútbol. Recuerdo jugando al Indiana Jones en el Templo Maldito, así como al Bubble Bobble a dobles. Otras veces al Trepa (un juego parecido al Trivial pero casero). Eramos 6, ya que mis padres se iban a la caseta de campo), quien fallaba una pregunta, ostiazo al canto. 😀 ¡Que animales que eramos!
Recuerdo con mi amigo Raul jugando con 2 PSX, cable link, y dos TV, a modo cooperativo. ¡Que tardes!
Cuando nos fuimos a unos disfraces de un pueblo vestidos con los trajes de Mortal Kombat; yo de Sub-Zero, mi amigo Raul de Reptil y Miguel de Scorpion. ¡Que gozada!
Cuando tuve mi primer Ghouls´n Ghosts (en Master System). Saliamos del colegio y nos íbamos, o bien a mi casa, a casa de mi amigo Jorge o a casa de Javi. ¡Imaginaos cuando se piyó la Snes!
Recuerdo con mi amigo Miguel jugando en su casa al Resident Evil, y cuando salió el Directors Cut, el susto que me llevé (ya que me lo conocía todo de pi a pa) cuando se rompieron los cristales y entraron cuervos. Casi mato a mi amigo de un codazo (que estaba junto a mi) y el dolor en el pecho que llevé varios dias por el susto.
Jugando al Spectrum en casa de David ¡Tendría juegos el condenaó! Entre ellos el Bank Attack, Ghouls´n Ghosts (había que cargar de nuevo cuando perdías las vidas) o el Pac-Man.
Con mi amigo Borini, jugando en su Amstrad CPC 6128plus, (por eso me lo piyé), con el Burning Rubber.
Jugar con mis amigos al Mario Kart de GameCube, entre los 4 al circuito redondo desde las 12 de la noche hasta las 10 de la mañana. ¡Increible pero cierto!
Jugar a la Wii al Mario Kart, con los mismos, como a los de prueba como Wïi Sport etc.
Jugar a mi PC con: Rick Dangeours, Army Moves, Livingstone Supongo, Goody, Prince of Persia, etc. Cuando veíamos a Tepi saltado y feliz hacia nosotros (venía de su casa) mi amigo Raul me decía: -Se ha pasado el Lost Vikings- Y yo le decía: -No puede ser, empezó el Viernes y hoy es domingo, yo aun no he llegado al final- Y nos dice: -Chicos, me he pasado el Lost Vikings-. Y mi amigo Raul, mirándome con sus ojos azules saltones me dice: -¡Cómo odio a Tepi! Luego le decíamos: -Tepi. ¿Como se pasa esto, o eso?- Y nos contestaba sonriendo y orgulloso: -No os lo puedo decir, porque si no, no os lo habéis pasado vosotros-.
Mil cosas, la verdad. Cuando me pasé el Midnight Wonders y todos saltando y celebrándolo en los recres.
Cuando me pasé el Street Fighter II en los recres o el Tumble Pop en la cantina de la mili. Genial!
Muchos recuerdos. Genial el artículo David V. Recordar quien nos acompañó jugando a un juego en particular.
Muy bueno. Gracias!
Con todo el respeto y sin menospreciar el resto de excelentes textos de la web, acabas de escribir el mejor artículo jamás publicado en Infoconsolas. ¡UN 10 COMO UNA CASA!
Mis mejores recuerdos:
– Cuando con mi amigo Josete logramos llegar a la última pantalla del Target Renegade. Aquello fue una celebración que ni la del mundial….
– Los piques al Drabon Ball Z butohden 2 de Super Nintendo en casa de Miguel
– Cualquier fin de semana de vicio en casa de Miguel (¡Que grande que era!)
– Los torneos a juegos de futbol tradicionales de nochebuena. En mi familia somos ULTRAFUTBOLEROS)
– Ver como mis padres y todos mis tíos se picaban con el Wii sports en las navidades de lanzamiento de Wii. ESTE es un recuerdo bellísimo, de postal, sobre todo sabiendo lo que ocurrió después 🙁
– Los piques con los colegas a todos los Pros mientras reíamos y tomábamos copas. Aún me sigo partiendo la caja cuando vimos en el PES3 de Playstation 2 como Edgar Davids era…. ¡RUBIO!. Marisol le pusimos de mote 🙂
– Las partidas a todos los Silent Hill con mi parienta (nos los hemos terminado todos)
Una vez más, mi más sincera enhorabuena por este genial artículo
Yo he tenido varios momentos asi desde que tuve mi primer contacto con videojuegos (atari y esos ficheros «.bas» en el primer ordenador que hubo en casa (Dios sabe cual era), siempre tuve con quien jugar.
Pero si hay unos bien fijados en mi memoria son aquellos que pase con uno de mis mejores amigos, el chino Jose Alberto Ureña, ya en bachillerato, el primero que me encontre con la misma y en ese momento hasta mas fuerte aficion a los videojuegos que yo tenia. Fueron tardes y tardes, mañanas y mañanas (fugandonos de la escuela) y noches y noches (pasandolas en casa de su padre en un pueblito a 10 minutos de nuestra ciudad) de darle duro y tendido a lo mejor del catalogo del N64, acompañados de 2 y a veces hasta 6 personas mas haciendo las retas en el mario kart y en el smash, ese smash como le dimos recio, el siempre fue el mejor en ese juego, era casi imposible ganarle un 1 a 1, solo hubo una ocasion en que en un duelo bastante parejo a 5 vidas pasaba lo imposible, yo con mi ultima vida bastante intacta y el a un toque de salir volando, y en un momento dado en las alturas del castillo de zelda yo arremeti contra el con un «golpe fuerte hacia el frente» con mario a su link bastante mallugado y justo en el momento en que se daba ese sonido caracteristico de impacto recibid… tttrrrtrtrttrtrttrtrttrtrtr rechino la consola como el Diablo, la señal de video se empezo a hacer como en forma de torbellino y mi bendita consola se TRABO!
Me acuerdo que mas de uno de los observadores grito «no mames», yo y mi amigo nos quedamos perplejos, callados y asombrados, paso un momento y me dijo «eh jejejeje no me ganaste» (riendose) y yo 0_0 «estas pen$%&#, te la parti, te di tan fuerte que hasta la pin$%& consola se trabo!» jajaja, que dias.
@Imsai8080
Sin conocer aun de manera profunda los textos que aqui se escriben (soy nuevo), pienso que tus palabras pueden ser muy ciertas, este articulo es uno de los 10 mejores que he leido en ya bastantes años de andar navegado y hojeando.
Tiene ese «algo» muy especial que te remueve sentimientos y te crea sensaciones.
En horabuena y gracias por el pedazo de articulo nostalgico que nos has brindando, me hizo registrarme solo para poder agradecertelo.
Pues muchas gracias a todos de verdad, tanto por vuestras felicitaciones como por compartir algunos de vuestros momentos. Es un lujo poder compartir estas experiencias con todos vosotros.
Esta es una de esas entradas que demuestran que, aunque matemos orcos, luchemos contra ejércitos y humillemos a nuestros rivales, todos los gamers tenemos nuestro corazoncito sensiblero… ¡Y yo el primero!
Me acorde de cuando mi jagaba con mi viejo y mi hermano menor a bermuda en Atari…ahí comenzo todo para mí, mas que de acuerdo con ti planteamiento:
«uno se da cuenta que la grandeza de los videojuegos no consiste en a qué jugamos, sino con quién jugamos…»
Fantástico artículo ,yo también creo que con el online se ha perdido el encanto ,aunque nos seguimos reuniendo algunas veces con Left4 dead ,Gears of war 2 y 3 ,Borderlands en interconexión pero cada vez nos vemos menos.
Momentazos en compañia, muchos…
Desde Freddy hardest en Manhattan sur de Spectrum,los double dragon , street gangs pero sobre todo los megamanes de NES, despues de salir del colegio con los amigos, averiguar que arma afectaba a los diferentes jefes era una hazaña, matabas a uno ,conseguias el arma y había discusiones sobre que camino tomar ,nos costaba un mundo llegar al siguiente jefe para que nos aniquilara y seguir probando uno tras otro hasta encontrar al jefe débil a esa arma y vuelta a empezar.
Es curioso que pese a haber disfrutado de infinidad de juegos en compañia ,el juego que más me ha divertido en compañia era para un solo jugador de ahí la importancia de la frase “uno se da cuenta que la grandeza de los videojuegos no consiste en a qué jugamos, sino con quién jugamos»