El online es el mayor logro de la actual generación de consolas, un modo de juego que ya estaba totalmente implantado en el mundo de los ordenadores desde hace muchos años se resistía generación tras generación, intento tras intento en el mundo de las consolas.
Con el online han llegado tanto alegrías como penas, cuando años atrás nuestro mayor problema era soplar el cartucho cuando no se ponía el juego, ahora nos encontramos con redes LAN, Wi-Fi, ancho de banda, capacidad de posting y nuevos problemas, normalmente todos ellos con solución a excepción del (en mi caso) pésimo online de la saga PES.
A lo que no estábamos acostumbrados, nosotros, “Oh reyes de los mandos” con gran experiencia y sabiduría, capaces de pasarnos el Street Fighter II con solo el botón de patada, es a los curros que se avecinaban en este inhóspito mundo online, y ese es probablemente el mayor de los problemas del online, si no dispones de 4 horas diarias para jugar a tu juego favorito olvídate… Veamos algunos ejemplos y soluciones.
Fui un chico feliz cuando conseguí pasarme el Call of Duty 4 en modo campaña hace bastante tiempo nada más salir a la venta, fui un chico tremendamente feliz cuando en el online disfrutaba de partidas igualadas en las que mi personaje era parte importante del equipo y mis stats subían como la espuma, lamentablemente fui un chico tremendamente infeliz cuando deje de jugar dos semanas al mismo juego, mi vuelta fue penosa… Por lo visto el resto de jugadores no habían dormido esas dos semanas y se las habían pasado viciándose. 2 simples semanas, 14 míseros días dejaron mi nivel del Callo of Duty 4 a la altura del betún.
Esta experiencia ya me había sucedido anteriormente con juegos como el Starcraft o el Counter Strike (soy de la vieja escuela), pero tras ver los nuevos sistemas de “equilibrado” en las nuevas consolas, especialmente en la Xbox 360 (consola que más uso en online) confiaba en que no volvería a repetirse. Al que este pensando que soy malillo le reto directamente a un PES o un Warcraft III, para el resto prosigo con mi reflexión del gran problema del online en la actual generación: La desmesurada importancia de la experiencia.
Es verdad que muchos videojuegos de la actual generación o el propio sistema online de las consolas ya equilibran las partidas para enfrentarte a usuarios de tu nivel o igualar las partidas dando una serie de ventajas a los que son más novatos, pero en la mayoría de los casos estas medidas resultan insuficientes.
En un aspecto tan importante como el online de los videojuegos, siendo en los últimos años una de las principales características de los mismos, es una pena que mucha gente deje de jugar al online por su extrema dificultad, dificultad causada por los propios adversarios, es decir los mismos jugadores con más experiencia los cuales tampoco disfrutan de ir matando noobs a diestro y siniestro (bueno, algunos si). En consecuencia tienes a un jugador frustrado por que su tiempo medio de supervivencia en una partida del Gears of War es menor que la de un norte americano disfrazado de Papa Noel en la guerra de Vietnam, y por otro lado, a un jugador con experiencia cansado de no encontrar partidas igualadas (repito, en algunos casos).
Que en lenguaje de los videojuegos online sean famosas palabras como “noob” o “abuser” no son buenos síntomas de la salud del juego online, no es normal que de una juegoteca de 10 o 20 juegos tan solo sean 2 o 3 los juegos normalmente usados por un jugador en el online, si un usuario se ha gastado 50 o 60 euros de media por juego debería poder jugar tranquilamente a todos esos juegos sin que la experiencia se convierta en algo sadomasoquista.
Los juegos online premian la experiencia de juego en exceso, siempre ha habido jugadores buenos y malos en cada genero, pero existe una gran mayoría de jugadores “normales” los cuales se ven privados de disfrutar de una buena experiencia online. Esta claro que pese a las medidas tomadas por las compañías para igualar las partidas, estas no obtienen los resultados esperados a excepción de unos pocos juegos. Normalmente el jugador que dedique más horas a un juego será el que mejor domine dicho juego, algo que para nada es negativo cuando uno juega en su casa offline o entre amigos, pero si que afecta a la comunidad del juego online. Cuando esos pequeños “koreanos” con 8 horas para viciarse al día se introducen en tu placentera partida online y empiezas a ver como tu cabeza va acumulando más plomo que cerveza tu estomago un viernes por la noche… Algo no funciona.
Personalmente considero que el sacrificio y la experiencia es algo que se debe premiar, pero no por eso debe afectar al juego de toda una comunidad online hasta el punto de que mucha gente deje de jugar a dicho juego en el modo online, premiar el talento o crear modos online donde se facilite las cosas para los recién llegados sin que eso suponga una humillación deben ser aspectos tomados muy en cuenta por los programadores. ¿Cuántas veces no habéis podido jugar a un juego online con un amigo en vuestra casa porque no duraba ni dos asaltos?
La profesionalización del online es algo que se debería dejar para los jugadores que dispongan del tiempo y del talento necesario para llegar a ser auténticos “pro’s”, jugar unas partidas al online debería ser algo placentero cuando uno tan solo busque pasar un buen rato, y el paso del offline al online no debería ser un abismo tan solo infranqueable por los más osados. Cuando ves que un juego online gratuito por Internet hace las delicias de millones de jugadores mientras no consigues que un amigo quiera probar el modo online de un juego que te ha costado 60 euros es que algo no va bien.
Las soluciones las tienen las desarrolladoras, basta con mirar las estadísticas de sus servidores para comprobar que la gente migra de un juego a otro según la novedad ya que hasta los jugadores más experimentados no pueden dedicar su tiempo a más de 1 o 2 juegos online. Esperemos que el sistema de equilibrado en las partidas vaya mejorando y podamos disfrutar de más de un juego online a la vez. Mientras tanto seguiré siendo el rey del PES y del Risk Europe del Warcraft III. Y vosotros, ¿a que juegos habéis dejado de jugar y en cuales sois los pro’s?
En Japón, que en estos temas nos llevan mucha ventaja, existe como profesión y además bien remunerada la de los «Gold Farmers» nada menos que jugadores profesionales del On-Line que previo pago se dedican a jugar con las cuentas de otros usuarios para que sus personajes suban de nivel o adquieran objetos poderosos y se ahorren así estar todo el día enganchados para evitar quedarse retrasados en el juego.
La verdad es que llevar a ese nivel de vicio y frikismo asusta. Yo ya he tenido malas experiencias en algunos On-Line por parte de «abusers» y desde entonces paso del tema, prefiero y disfruto más jugando con amigos en grupo en vivo, en plan colegas que a través de la red. O si me apuras y depende del juego, hasta solo, por ejemplo en los survival para tener una mayor sensación de «soledad y desamparo» ante la situación extrema que el juego me plantea.
Estupendo artículo y enhorabuena por el blog. Os conocí gracias a Pixfans y ya os tengo en «Favoritos». Un Saludo 😉
La solucion del «pro» en un juego que masacra es simple, el mundo competitivo. Yo actualmente juego al team fortress 2 y soy de esos jugadores que entra en una partida y masacra a los «noobs», por eso decidi irme a un clan y actualmente jugamos en las ligas europeas y demas.
En cuanto a lo del tiempo dedicado, bueno yo cuando salio el TF2 me pegue la viciada padre y luego me pegue 4-5 meses sin jugar, cuando volvi el nivel de los publicos era exactamente el mismo, un nivel bajisimo, pero el nivel del juego competitivo si que habia subido brutalmente, asi que el tiempo dedicado no siempre es el problema en todos los juegos.
Otro detalle que no me gusta del Online actual, son los orangutanes que acaban de descubrir el chat de voz, eso se da sobretodo en Xbox ive, «Fuck You» es lo más suave que te van a decir.
A mi lo que me hace gracia es cuando le haces alguna putada a alguno que parece ir mejor, como salta xDDDD
Nunca sabes su idioma pero le entiendes a la pefección.