¡Por Odin, un plataformas!

 

Uno de los males del mundo del videojuego es no aprender de los clásicos. Tratar el videojuego como algo deshechable, por ese trasfondo comercial que aún atenaza el desarrollo de nuevos productos. Miyamoto es un ejemplo de aplicación de esquemas cláscicos evolucionados a las nuevas tecnologías, pero es una de pocas excepciones.

Estos días, uno de los juegos que he estado probando es THOR, la adaptación de la película a la plataforma NINTENDO DS. Es decir, carne de cañón, una licencia en una plataforma agonizante, ideal para hacer un producto rápido e infumable. Bueno, pues no. Sorpresa, sorpresa.

Me decidí a darle una oportunidad cuando averigüé que no tenía nada que ver con los bodrios de las plataformas “mayores” sino que era una adaptación libre del estudio responsable del Contra 4, WayForward. Uno de los primeros aciertos es no seguir el argumento cinematográfico salvo en una vaga inspiración estética en cuanto a escenarios y enemigos (énfasis en los “trolls de hielo”, Ymir y demás parafernalia). Al contrario, todo el juego se desarrolla en el campo de la fantasía, en escenarios imaginarios y fantasiosos como Asgaard, cavernas infernales, lugares helados plagados de ambientación mitológica, y todo ello aderezado de la profundidad aportada por múltiples planos de scroll y el uso constante de las dos pantallas de la consola. La historia es muy sencilla, facilitando los enfrentamientos con los enemigos clásicos de Thor tales como Mangog o Sutur, con traición entre medias de Loki como es costumbre. Se utiliza la imagen de los protagonistas de la película pero pasados por el filtro de un dibujante de comics, por lo que la coherencia estética se mantiene en todo momento.

El segundo acierto es aplicar enseñanzas clásicas y no ser pretencioso. El juego no quiere complicarse artificialmente con elementos forzados de rol, ni de 3D usadas vulgarmente, sino que plantea un beat´em up en plataformas 2D logrando un gran dinamismo mediante los desplazamientos del protagonista y sus sencillos ataques. Nada de complicados combos sino que los diferentes movimientos son directos pero con la suficiente profundidad como para que sea divertido (y creativo) destrozar al enemigo. Su principal hallazgo es que podemos hacer vuelos en vertical de una pantalla a otra mientras golpeamos o lanzamos de un martillazo hacia el suelo al enemigo, lo que le da al juego un brutal dinamismo. Al mismo tiempo tenemos la opción de lanzar en diversas direcciones el martillo o efectuar barridos, golpes potenciados o pequeños combos a monstruos ya derribados o en el aire, al más puro estilo God of War pero sin tanta parafernalia.

Existe un sistema de “runas” muy elemental que permite que a medida que vayamos encontrándolas podamos seleccionarlas y añadir “vidilla” a nuestros ataques. Electricidad, fuego, daño extra… un pequeño aderezo para la acción.

Como vemos, esquemas clásicos aplicados hoy día con sabiduria para crear lo que debe ser exigido a todo juego: un vehículo de diversión que además nos atrapará con su adictiva dinámica.

Todo ello tiene la guinda perfecta: los enemigos finales, épicos y gigantescos, sabor “konami” pasados por el filtro de la mitología ideada por Stan Lee. No sólo es que sean perfectos sino que están muy bien presentados. Los más pequeños ocupan una pantalla de alto y se animan de manera llamativa con múltiples rotaciones, golpes brutales y ataques plagados de rayos y explosiones. Los jefes más grandes ocupan tanto que se recurre a un hábil artificio que consiste en hacer un zoom y alejarse de nuestro protagonista. Volaremos así hasta diversas partes del cuerpo del enemigo, esquivaremos desmesuradas espadas, torrentes de hielo y vibraremos con la correctísima banda sonora que realza cada épico momento.

Por supuesto hay algún problema: cierta facilidad, que contrasta con lo imposible de algún jefe, un enfrentamiento con Hela poco atractivo para el carisma del personaje, y un planteamiento algo limitado en sí mismo pero que sabe convertirlo en una virtud. Tampoco se usa para casi nada la pantalla táctil salvo para activar “magias” cuando nuestro medidor lo permite (sí, en el juego hay también “bolitas energéticas del Dr. Kratos”): llamativos rayos eléctricos que convertirán en un placer el acto de freir enemigos. El final del juego, por cierto, es de una estupidez edulcorada decepcionante, pero es lo de menos. ¿Loki pidiendo perdón a Thor? Eso nunca ha sucedido, amigos.

Construir videojuegos modernos sobre todo aquello que los videojuegos de siempre demostraron que funciona no es un paso atrás sino el paso necesario para que no se pierda el rumbo. Solo hay que recordar cómo integró la plataforma el Metroid Prime con un juego casi puro FPS pero que a la vez era una oda a la exploración (como buen Metroid). Mientras el videojuego actual se ocupa en general de enterrar los viejos esquemas con la idea equivocada de que ya no sirven, otras mentes más inteligentes prefieren olvidarse de FPS aburridos para volver sobre lo que otros ya hicieron, con gusto y oficio.

Oficio. Qué palabra tan olvidada.

3 comentarios en «¡Por Odin, un plataformas!»

  1. Pues nada que el juego luce bien digo siendo de Konami casi todo luce bien, me pregunto si funciona le clasico truco de arriba, arriba, abajo, abajo, izqueirda, derecha, izquierda, derecha jeje.

    Se antoja jugar este juego con sabor a clasico pues como dices hoy en dia todo se basa en graficas bonitas a veces dejando de lado la diversion o sacando juegos por pura publicidad. Le hubieran puesto a este juego una segunda vuelta.

    Si recuerdan juegos como Castlevania (NES), Sunset Riders(SNES), Contra 1 y 3(NES,SNES) entre otros juegos cuando los terminas vuelven a iniciar desde la primer escena, y asi hasta que te quedes sin vidas, eso estaria bueno para el juego de Thor o quizas una segunda vueta mas dificil o algo asi.

  2. ¡Por fin algo fresco y bien hecho! Hacía falta un poco de «retro» para saborear lo que en 16bits tanto y tan bueno nos ha dejado. Tanto 3D y muchos aprovechando el tirón publicitario con juegos programados con desidia, había agotado nuestras ilusiones por que nos dieran algo que sea principalmente divertido, y por lo visto aquí está. Creo que faltan más juegos plataformas 2D para revivir las emociones de antaño.
    A ver si me lo piyo.

Los comentarios están cerrados.