Mi primer PC, si exceptuamos el mítico PC1512 (del que hablaré otro día) fue un 386 funcionando bajo MSDOS, que dudo que alcanzara los 20 MHz de velocidad, y que debía datar del 1992. Es decir, hacía unos tres años que había jubilado mi venerable ZX Spectrum y las velocidades de los procesadores domésticos se habían multiplicado ya por 10. En ese contexto, quiero hablaros de los emuladores pero no desde una perspectiva muy técnica, sino desde la experiencia de usuario y haciendo unas cuantas reflexiones que espero que os sean de interés.
Mi historia con los emuladores comienza en ese momento: alguien me deja para probar un emulador de Spectrum en un disco de 3 ½ (1.44 Megas de capacidad) asegurando que me iba a quedar de piedra. Recuerdo que me acerqué al aula de informática de la facultad de arquitectura para probarlo, comprobando que en el disco estaba incluido no sólo el emulador sino una colección de aproximadamente 40 juegos. Al ejecutarlo me encuentro con un programa llamado Z80 de Gerton Lunter en versión Shareware (con un tiempo limitado de uso si no recuerdo mal) y mediante un sencillo menú accedo a cargar uno de los juegos.
Sencillamente, mi mente se expandió hasta el infinito.
Un emulador permite algo muy cercano a la magia, y es aprovecharse de la mayor potencia de un sistema para imitar o simular otro sistema (ordenador, videojuego, calculadora) de menor potencia mediante software. Para ello necesita servirse de herramientas similares a la “ingeniería inversa” para poder hacer funcionar no sólo el sistema operativo de la máquina emulada, sino su ROM interna, su paginación de memoria, su sistema de salida de vídeo, audio… y ser capaz de “cargar” su software propio (o juegos) que se nos presentará en forma de “roms”. Este parrafito es toda la documentación técnica que os quiero exponer, porque en realidad lo que nos interesa es que el emulador es un programa que transforma nuestra consola o PC en otra más antigua. Y eso es magia.
Porque los emuladores nos permiten, ni más ni menos, mantener viva la historia del videojuego. Sin ellos, siempre nos veríamos obligados a la conservación de las máquinas originales, que inevitablemente quedarían sin servicio con el paso de las décadas. De este modo, siempre podremos imitar su funcionamiento de una manera muchas veces perfecta al 100% de manera que es casi indistinguible del sistema original.
Cuando descubrí el emulador Z80, inmediatamente me hice a través del autor con una versión de pago, que mediante un cable permitía cargar incluso juegos originales a través de un cassette y el puerto paralelo (cosa que comprobé con éxito). No sólo es que mi Spectrum renaciera: es que tenía a mi disposición un catálogo de 10.000 juegos a través del ftp de “World of Spectrum” que pacientemente descargaba en un ordenador con Unix en la facultad (descargar un solo juego de 40 Kb llevaba una eternidad: eran los albores de Internet en España). El emulador permitía cargar cualquier juego en un segundo, y disponía de una calidad de imagen jamás soñada en ningún televisor: posibilidad de grabar partidas, de conservar pantallazos…
Todas estas sensaciones son las que cualquier amante de los videojuegos habrá sentido al probar cualquier emulador de su máquina favorita. A lo largo de los años, me hice con un P166 (estamos ya en 1996) y los emuladores fueron proliferando: Amstrad, Commodore, alguna consola como Master System, NES, Atari y los primeros emuladores de SNES (aún con vida comercial aunque extinguiéndose) que funcionaban de manera un tanto primaria, o Megadrive, que lo hacían con más soltura por la ausencia de transparencias o “Modo 7”.
Pero en 1998 (ya armado con una aceleradora 3dfx) iba a aparecer un emulador que cambiaría la imagen que la industria tenía acerca de estos programas, y de paso pondría al descubierto el lado oscuro de este mundo de la emulación. El programa en cuestión era el UltraHLE y era capaz de utilizar una tarjeta 3dfx para imitar perfectamente… la Nintendo 64. Hacía sólo unos meses que me había gastado una importante cantidad de ahorros en la máquina de Nintendo con el Zelda: Ocarina of Time. Por ello, cuando pude ver con mis ojos la bellísima escena inicial del juego con Link cabalgando, en alta resolución, suavidad mayor que la propia consola original y tan sólo con el defecto de un sonido ligeramente entrecortado, sentimientos contradictorios vinieron a mi mente. Por supuesto, el follón que se organizó fue considerable, con acciones legales iniciadas por parte de la empresa japonesa incluidas. Las páginas que ofrecían Roms de cartuchos de N64 o SNES, Megadrive, etc se multiplicaron exponencialmente, y comenzó la persecución y cierre de las mencionadas páginas webs, adquiriendo un cierto status de “ilegales”. Páginas web como la mítica “Emulatronia” se apartaban del concepto “ofreceRoms” para mantener una línea muy eficaz de información sobre el mundo de la emulación y sus avances.
La estela del UltraHLE fue seguida por el polémico Bleem! que hizo lo propio con Playstation pero sin utilizar las BIOS de la máquina de Sony con lo que eludió las consecuencias legales de infringir patentes de terceras empresas.
La industria ya no percibía los emuladores con indiferencia sino como una amenaza que les hacía perder dinero: eran piratería. Y los usuarios veían en ellos la panacea para disfrutar gratis de juegos de pago.
Desde entonces han pasado muchas cosas, y casi podemos asegurar que se ha repetido un patrón: en unos cinco años desde el lanzamiento de una máquina hemos podido ver emuladores de las mismas, con capacidad para reproducir un cierto número de juegos comerciales, y en diez años han sido capaces de reproducir con perfección un porcentaje muy alto de títulos. Esto no es baladí: significa que hoy día, 10 años después de la aparición de PS2, podemos disfrutar de sus juegos en un PC de gama media-alta, a 60 fps, con una compatibilidad altísima. La Wii, con su poca exigencia técnica, es también jugable hoy día en las mismas condiciones: de contar con un procesador equiparable a la PS3, tendríamos que esperar otros 5 años para poder emularla con la velocidad adecuada. Y no dudéis: acabaremos viendo la PS3 desfilar ante nuestro monitor si esperamos un número suficiente de años.
Por otro lado, una portátil como la WIZ puede emular perfectamente una GameBoy Advance de hace diez años, y el mismo patrón se repite en la PSP, aparecida en 2005 y que emula de forma oficial la PSX con gran perfección.
“De forma oficial”. Sí, si no puedes luchar contra tu enemigo, únete a él. Es la reflexión que han hecho las grandes compañías. Sony ofreció una digna (no tan perfecta) emulación por software de la PS2 en su nueva PS3 que luego eliminó pensando: ¿por qué ofrecer algo gratis si puedo cobrar por ello?. Esto mismo pensó antes Nintendo a través de su Consola Virtual ofreciendo emuladores nativos para Wii capaces de ofrecernos (previo pago) juegos de SNES, NES, Neo Geo, o … Commodore 64.
¿Qué es esto? ¿Las compañías vuelven a cobrarnos por disfrutar de sus antiguos juegos? ¿Es ético cobrarnos 10 euros por descargar un juego de Nintendo 64 quince años después, o uno de PSX en una PSP? Bien, no sé si es ético o no, pero es innegable que están en su derecho de ofrecerlo… y el usuario de no pagarlo. Si el canal Consola Virtual de Wii quebrara probablemente las compañías se replantearan su postura ante estos clásicos. Yo desde luego lo tengo claro: pagar 10 euros por un juego de hace 15 años requiere por parte del ofertante algo más que un juego emulado. No puede ser que cueste lo mismo que por ejemplo el Shadow Complex o el Prince of Persia Classics, es necesario aportar un valor añadido y el hecho de que Nintendo no lo ofrezca es un desagravio para el consumidor. El ejemplo es más grave si pensamos que se cobra 5 euros por un juego de Commodore 64, y en este sentido creo que no es necesario comentar más. Sony se ha subido igualmente a este carro, aunque al menos ofrece una puesta al día en resolución a alguno de sus juegos como GOW o próximamente los clásicos de Team ICO. Por cierto, lo mismo que hacen los emuladores de PS2 para PC sin necesidad de pagar nada adicional: con tener tu juego original y meterlo en el PC es suficiente. Yo recomendaría a los usuarios intentar invertir el dinero de las consolas virtuales en los juegos originales de la época y disfrutarlos en los sistemas en los que fueron creados, o emular los juegos que posean en su ordenador, salvo que se nos ofertaran estos productos a un precio realista y justo.
Lamentablemente, las polémicas con los emuladores de consolas “en activo” han pintado un panorama legal negro para la emulación, y sin embargo lo que mueve a un programador de emuladores no es la perspectiva de violar la ley sino el reto tecnológico de hacer algo semejante. Sin este esfuerzo, no tendríamos el plantel disponible de emuladores que tenemos hoy día. El emulador es el que mantiene viva la memoria de videojuego, el que nos permite acceder a miles de recreativas o cartuchos de todas las épocas, el que permite al amante del videojuego acceder a materiales que ya están descatalogados y disfrutarlos. Quizá no haya nada como el soporte original para experimentar lo que era el ZX Spectrum, por ejemplo, pero hay programas tan perfeccionados que se puede asegurar sin duda que no hay diferencia sustancial respecto al hardware original, y más cuando hay incluso maneras de compatibilizar los mandos originales con nuestro ordenador o consola.
Los amantes del videojuego no tenemos museos, pero gracias a Dios tenemos los emuladores.
Fotolog del autor: JMV
Es cierto, son algo con lo que tenemos que convivir, ademas de no ser por estos no me habria vuelto un coleccionista nato(fue el año pasado , tenia11 años. comenze con el kega fusiony la pagina doperoms.
hasta que al poco consegui tantos que me entro el mono de coleccionsimo.
Y hala tengo 12 años, 27 consolas mas los emuladores.
vivan lo emuladores, y sino fuera por ellos no tendriamos un duro en consolas, y los juegos y sistemas se perderian para siempre.
P.D : quien esta interesado en el hadmi para megadrive y snes ?
Yo creo que los emuladores junto con el mp3, la grabadora y el P2P son los mejores inventos que ha habido en este mundo.
Una vez dicho esto, me parece una tomadura de pelo pagar más de pocos € por un juego con 15 SALVO que traiga algun(as) novedade(s) importantes.
Opino como Kaiser77. Si ofrecen algo más, mejoras gráficas, aunque sean ligeras, algún nivel extra por descargarte de forma legal el título que apareció hace 10 o 15 años, me parece bien. Pero si es el mismo, al menos que saquen de nuevo los cartuchos de MD, Snes, MS o Nes, yo no pago por un juego, que no es físico, y que en caso de que se me estropee la consola, me quedaré sin él y/o volverlo a descargar al sustituirla por otra consola nueva.
Quiero decir, que sólo puedo descargarlo una vez. PD: Si es el mismo que en formato físico antíguo, que me vendan el cartucho, y si no lo tienen, que espabilen. No pago lo mismo o más por una rom emulada legalmente en la consola.
Por cierto, hace poco he estado comparando las versiones emuladas del Zelda 64 en Gamecube, PC y Wii con la imagen original de N64, y el caso es que… me quedo con la N64. Al final su menor resolución y sus filtros hacen que lo que veas en pantalla sea más sugerente. Por ejemplo, no se produce el efecto de «textura pintada en plan cutre para dibujar los rostros de los protagonistas» sino que los ojos, la boca, se ven de una manera más natural. Los fondos pintados, los escenarios, todo se ve más integrado. La palabra para mí es esa: sugerente. El ver los polígonos a toda resolución y desvelar la pobreza de texturas le quita mucho del encanto que sí tiene verlo con la N64 auténtica. Claro que se puede emular a menor resolución con el PC y asunto arreglado, pero…
Eso es porque no pruebas los filtros buenos de softonic. asi la n64 o la psx se pueden comparar co ps2 y dreamcast.
por cierto…
cuando narices abren el foro otra vez.
Estamos en ello estamos en ello! lo que pasa es que últimamente hemos tenido algo mas de trabajo de lo esperado y no hemos podido estar con lo del foro todo el tiempo que nos gustaría.
Peero ya queda menos xD
Me alegra saberlo .gracias por las molestias y animo en el trabajo