Veréis: una de las cosas que siempre me ha gustado del mundo de los videojuegos es esa sensación de pertenencia de algo con lo que te identificas. Es decir, que antaño podías vanagloriarte de tener un modesto Spectrum, que no era tan potente como un Commodore pero que tenía un catálogo impresionante de juegos; o fardar de tu Game Boy que palidecía ante una Game Gear pero que oye, tenía el Tetris; o pinchar a tu vecino con la Super Nintendo, el “cerebro de la bestia”.
No es que ahora no exista eso, claro, estamos bastante hartos de ver esos trolls de Sony o Microsoft que no hacen más que reventar hilos en los foros, pero vayamos al fondo del asunto: ¿Qué sentido tiene hoy día identificarse con una plataforma cuando los juegos… son los mismos? Ya matizaremos, claro, la Wii es otra historia pero no necesariamente mejor por ello. El caso es que antes cada máquina tenía una personalidad propia, unos juegos propios al margen de algunos de ellos que podían ser multiplataforma, pero ¿es eso así hoy día? ¿Qué me aporta realmente decantarme por una PS3 o comprar una XBOX 360?
Veamos antes qué ocurría al respecto en la “prehistoria”.
– Con las primeras consolas domésticas ocurría algo muy curioso: eran tan primitivas que básicamente su oferta se reducía a juegos clones del “Pong” y a minijuegos de tiro al blanco donde tenías que acertar a un cuadradito que se movía. Más allá de la marca de la propia consola, lo que comprabas era esto.
– Posteriormente, sistemas como Colecovisión, Intellivisión o Atari 2600 nacen de una aspiración: trasladar los arcades de los bares a tu casa. Los productos estrella eran adaptaciones del PacMan, Galaxian o Donkey Kong, realizados con mayor o menor éxito pero que sin duda se utilizaban como reclamo. No en vano la más conocida, la Atari 2600, la desarrolló la compañía puntera en videojuegos recreativos. No obstante, quizá es esta consola la que primero desarrolla en toda su plenitud la idea de producto exclusivo. Activision crea toda una línea de cartuchos con un diseño muy concreto, con pegatinas con emblemas de los juegos que regalan a los usuarios, y franquicias multimillonarias como “Pitfall” que por sí solas vendían consolas a miles. El comprador de una Atari quería exactamente eso, no los juegos de otras consolas.
– En la época de los ordenadores de 8 bits se produjo un curioso efecto, y es una “regionalización” del éxito de las máquinas. Commodore 64 triunfaba en EEUU, Amstrad se quedaba con el mercado francés, el Spectrum dominaba en España, UK o Italia… Más allá de eso, cada máquina tenía sus propias virtudes y defectos. Los juegos contaban normalmente con versiones multiplataformas pero sin embargo éstos tenían cualidades bastante diferentes en función de la máquina que lo hacía funcionar. Así que en este caso la exclusividad no la daba el propio juego, sino más bien las propiedades de cada ordenador y por tanto de cada versión, por lo que este concepto de identificación con el usuario se llevaba a su máximo exponente. Por supuesto que había personas que tenían varias máquinas pero en los 80, incluso en los 90, esto no era ni mucho menos tan frecuente: los precios y las posibilidades eran otros distintos. Uno era de Spectrum, Amstrad o Commodore. Punto.
Así, el mismo juego podía ser ágil y jugable en Spectrum, ser lento pero con colorido en Amstrad, ser brillante técnicamente en Commodore y con una música impresionante… Un mismo juego podía ofrecer caras muy diferentes siendo alguna de ellas claramente mejor que el resto, pero cualquiera podía distinguir un pantallazo de ZX Spectrum a kilómetros de distancia. Uno sabía qué tenía entre manos.
– Por saltar a los 16 bits: si bien las franquicias más famosas nacen antes, en las consolas de 8 bits (Nes, Master System, ordenadores MSX) es en esta generación donde se potencia el mercado y empiezan a alcanzar toda su expresión. ¿Hay juegos multiplataformas? Por supuesto, y era entretenimiento de la época comparar las versiones de Megadrive y SNES. ¿Tendría la Megadrive alguna vez un Street Fighter a la altura de uno de SNES? (por cierto, vaya si lo tuvo).
– Sin embargo, lo que hacía especial a cada consola son esos juegos irrepetibles y propios. Megadrive con tantos y tantos: los Sonic, Street of Rage, los Virtua, los juegos de David Perry, Altered Beast, Shinobi, Thunder Force, y en suma toda la enorme maquinaria de Sega. Nintendo contaba con sus potentes franquicias, con sus empresas fieles como Konami, Capcom, toda una batería de juegos propios y exclusivos. ¿Qué ocurría cuando Capcom decidía colaborar por ejemplo con la saga Castlevania o Contra en Megadrive? Pues que hacía a su vez entregas exclusivas no vistas en SNES. Mejores o peores pero exclusivas. Y si Capcom ya había hecho su Ghost´n Goblins en Megadrive, cuando entraba en SNES no era para versionar de nuevo el mismo juego sino que deleitaba con una entrega nueva e intransferible. ¿Qué tenían en común por ejemplo las excelentes y respectivas versiones del juego Alien 3?. Así eran aquellos tiempos.
– Mientras, el PC sigue su camino particular. El usuario de ordenadores quiere expresamente distinguirse del mundo de la consola y goza de productos exclusivos tales como aventuras gráficas o los esbozos de los primeros juegos en 3D. Cuando PSX comienza a “vivir” se produce algún breve contacto entre plataformas en forma de versiones para compatibles (como puede ser el caso de Resident Evil 1 y 2, Pandemonium, MDK,…) pero el PC sigue una vía tecnológica muy distinta. De hecho se puede decir que la arquitectura y filosofía del PC es el origen de la consola moderna, para bien o para mal.
– Con las siguientes generaciones las cosas siguieron por el mismo camino, y sólo hay que recordar cómo Sony birló la exclusividad de Square a Nintendo para su flamante PSX. La PSX no tenía por formato o características ninguna consola equiparable, por lo que sus juegos eran suyos y sólo suyos. Nintendo 64, siguió un camino tan propio que sucedió lo mismo, casi todos sus juegos sólo podían ser disfrutados en esta consola, y para ello contó con colaboraciones fundamentales como la de Rare. Por supuesto lo mismo es aplicable a otras consolas tan especiales como Sega Saturn o Dreamcast, que cuando empezó su camino no tenía ninguna competidora equiparable por lo que sus juegos siguen una estela personal marcada sobre todo por Sega.
– Con PS2, GameCube y Xbox comienzan a soplar otros vientos. La industria crece, los grandes estudios necesitan gasolina monetaria y comienza a ser rentable sacar juegos en tres formatos diferentes. Sí, PS2 tiene sus propias franquicias como Metal Gear, el ICO Team, Final Fantasy, Nintendo prosigue con sus juegos de siempre y XBOX crea Halo y juguetea con el PC, pero se advierte un cambio de tendencia. Las consolas empiezan a no ser tan marcadamente exclusivas.
– La actualidad es alarmantemente distinta. La nueva generación ya lleva un tiempo notable funcionando y la excepcionalidad se ha convertido en norma. ¿Qué ha sucedido por el camino?.
o La industria del videojuego se ha convertido en un monstruo, superior ya al cine. Hacer un juego de nueva generación (es decir, llenar gigas y gigas de texturas aunque el juego sea una castaña) necesita de cientos de personas, millones de euros. Así que los juegos que aún no han aparecido vienen precedidos de declaraciones de los directivos del tipo: “Necesitamos vender tres millones de unidades para ser rentables”. Así, de entrada. Una barbaridad. Y se quedan tan frescos.
o Se invierte mucho dinero. Se necesitan muchos beneficios. Se necesitan TODAS las plataformas disponibles. En este contexto, la realidad más cruda es que se desarrolla en plataformas tipo PC, se hacen adaptaciones directas a XBOX 360 y posteriormente se hacen ports a PS3, procurando optimizar recursos y ahorrar el máximo de tiempo y dinero. Esto es algo que todos los periodistas saben, y los usuarios, que no son tontos, también.
o Por supuesto, hay alguna exclusiva. Está Mass Effect, que aun así oscila entre el PC y XB360 y que parece que pronto pasará a PS3, está Metal Gear, GOW , Heavy Rain y Uncharted para PS3, está Alan Wake, Gears of War para XBOX 360, y algún titulillo para PC como Starcraft 2 o WOW.
– Un pobre bagaje para la nueva generación. El usuario queda perplejo y se cuestiona con razón qué debe hacer a la hora de elegir una consola. Porque se ha llegado al absurdo de comprobar que la oferta es, básicamente, la misma con la única diferencia de las plataformas on-line, cada una con sus pros y contras. No entraré en establecer diferencias técnicas (con PS3 perjudicada) porque tampoco hay que ser tan puristas.
– Luego, por supuesto, está Wii. A su ritmo, arrasando en ventas, proponiendo algo distinto, pero honestamente con una gestión de Third Parties muy pobre y con resultados, en general, mediocres. Sí, claro, hay buenos juegos y son exclusivos… por el momento. Pero su catálogo, pasado el tiempo, carece de la brillantez de la infravalorada Gamecube y sólo tiene un puñadito de obras maestras (que son las que quedan en la memoria, no dudéis). Un puñadito muy pequeño. Las desarrolladoras prefieren no invertir muchos esfuerzos en los juegos y se centran en los grandes equipos del resto de plataformas. No es bonito que con las décadas se asocie Wii a un mando blanco y al Wii Sports, pero será inevitable.
¿Qué nos espera? ¿Qué ocurrirá cuando estos grandes equipos no sean sostenibles, cuando la gente se canse de producciones que no profundizan en la jugabilidad sino que son siempre FPS con rellenos brutales de polígonos? ¿Qué pasará cuando ya no haya diferencias entre unas plataformas y otras porque ningún productor de juegos quiera arriesgarse a centrarse en una? Algunos pensarán que da igual mientras haya buenos juegos, yo creo que nunca hubo mejores juegos que cuando Nintendo y MegaDrive luchaban exactamente en el mismo campo y en igualdad de condiciones.
Nos van a globalizar. Y no os olvidéis de comprar, esta gente necesita vender muchos muchos millones.
Fotolog del autor: JMV
Estoy deacuerdo con tigo al 100%100 de todo lo que as dicho.Tengo 34 años y llevo en esto de los videojuegos desde que tengo uso de razon, colecciono consolas,poseo mas de 100 maquinas y como bien dices todo aquello se perdio, yo hera de sega hasta la muerte, pero ahora fijate como cambian las cosas con el tiempo,ver a sonic en una consola de nintendo!! Algo impensable en aquel entoces.UN BLOG COJONUDO, creeme JMV.saludos.
la tan anhelada diversidad y exclusividad siento que se ha trasladado de una manera más decente que en su hermanas mayores de sobremesa, a las consolas portátiles,
La explotada hasta la saciedad Nintendo Ds con maravillas como Professor layton, Scribblenauts o new super mario bros la dejan con una identidad propia un tanto empañada por el mismo pecado casual de su hermana mayor.
Y por otro lado tenemos a PSP que vive de las franquicias que vienen de PS2 o PS3 en su mayoría, pero también ha desarrollado unos cuantos títulos de excelencia como los patapón.
Ahora bien, si miramos hacia delante a mime entusiasma mucho más la llegada de la próxima generación de portátiles que de sobremesa, hay más presiento más innovación ahí que en los billones de polígonos más en pantalla que me traerá una ps4 o una xbox 3.
Sigamos mirando al pasado en pos del ansiado deleite lúdico, dado que el futuro se presenta poco o nada halagüeño.
… o en los desarrollos independientes, baluarte de la creatividad y variedad.
La situación actual es decepcionante. No tiene sentido pertenecer a una consola u otra. Cuando tenía mi N64 miraba con envidia lo que ofrecía PSX y los usuarios de esa miraban con curiosidad lo que yo tenía. Ahora no pasa eso. Si tengo una 360 sé que tengo prácticamente lo mismo que en PS3. Ya no existe esa.. chispa que te hacía burlarte de los demás porque no tendrían determinado juego y que yo sí y que te volvían orgulloso de tu máquina. La industria está perdiendo su espíritu. Dudo mucho que lo consiga de vuelta. Maravilloso artículo.
Desde luego, la magia que había antes no es la misma que ahora, sólo queda el recuerdo de lo bonito que era antes y no lo de ahora, que sacan títulos de grandes desarrollos (en todo lo que conlleva) olvidandose de aquellos que una vez les abrimos las puertas a la industria del ocio sano. No creo que vuelva a haber una época tan bonita como los 8 y 16 bits.
Pues nada yo tengo 32 años je, y pues digamos que era 70% Nintendo y 30% Sega pues de peque teniamos el Sega Genesis y el SNES.
Antes los programadores hacian historias muy buenas con ingenio apesar de las carencias, ahora todos se centran en graficas y efectos «bonitos» y en refritos de Doom.